Santa Minia vuelve a ser romería en Brión

Olimpio Pelayo Arca Camba
o. p. arca SANTIAGO / LA VOZ

BRIÓN

Sandra Alonso

La carballeira recuperó la animación tras un año sin actividades festivas

28 sep 2021 . Actualizado a las 23:07 h.

Santa Minia volvió a ser una romería en Brión, tras una edición del 2020 en la que el coronavirus permitió solo actos religiosos, por más que la carballeira se quedase ayer muy grande para quienes seguían la actuación de los Festicultores y de los gaiteiros Os Viqueiras de Ordes. También algunos de los aparcamientos gratuitos estuvieron vacíos, y la circulación por una avenida de Santa Minia abierta al tráfico, antaño repleta de gente y sin coches, no ocasionó problemas.

«Hai pouca xente, nada que ver con outros anos. O domingo foi mellor que hoxe [por ayer]. A xente maior vén nos autobuses, e non houbo. E os maiores son os nosos clientes, a xente nova se leva é só algún hoxaldre», comenta Fina Blanco, de Bama (Touro) en su puesto de rosquillas, mientras invita a una niña, y confirmando sus palabras, es la abuela la que le compra un paquete. El coordinador de la romería, Alberto Álvarez, apunta que el domingo y ayer Santa Minia «recuperou por momentos algunhas das sensacións propias dos tempos prepandemia». Sin colas para visitar la urna de la santa, este año sin los besos de antes del covid, pero con la carpa donde se oficiaron las misas y su entorno con aforo lleno. Los exvotos de cera, a la venta por 2,5 euros, se iban acumulando junto a las velas. Manuel Pedrouzo, habitual de joven hasta que con 18 años emigró de Bastavales a Alemania hace medio siglo, llevó el de una pierna para que la santa ayude a curar la úlcera de la que fue operado hace dos meses. María González, lucense afincada en Bertamiráns, caminó ayer desde Santiago como ofrenda por la curación de un amigo a la santa, a la que llevó exvotos de hombre y mujer para solicitar su protección para su familia y amistades «e para que pase esta pandemia e non veña outra peor». Ella incorporó la romería de Santa Minia a su agenda vital al llegar a Ames, sin borrar por eso los Milagros de Saavedra, en Begonte.

Habituales e incorporaciones. como las de Carlos Muíño y Jesusa Barreiro, de Carballal (Santiago), que fueron por vez primera a Santa Minia: a la misa del mediodía y a tomar un pulpo. Amador Porta, al frente de una de las cinco pulperías, señala que el domingo la afluencia de comensales fue buena, «aínda que non é igual que nun ano normal». Nota a la gente con ganas de recuperar la fiesta y de saborear un producto del que los gallegos no se cansan, aunque el churrasco se haya hecho hueco en la oferta culinaria de las fiestas.

Pulpo que degustaron el delegado del Gobierno, José Miñones, y el presidente de la Diputación, Valentín González Formoso, junto al alcalde Pablo Lago. El regidor agradeció el comportamiento de los romeros, esperando que en el 2022 todos puedan verse ya las caras. Será buena señal para una recuperada romería, pero con mucho que crecer para volver a ser la que fue antes del covid.