Un estradense hace 16.000 kilómetros al año en bicicleta a raíz de una apuesta

Rocío García Martínez
rocío garcía A ESTRADA / LA VOZ

BOQUEIXÓN

E CUIÑA

Manuel Rodríguez va a trabajar a diario a Boqueixón en su Pinarello

23 sep 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Hay apuestas que acaban marcándole a uno la vida. Como la que el estradense Manuel Florentino Rodríguez Barros hizo hace años con su suegro. Para picar a su yerno, que entonces llevaba una vida bastante sedentaria, Manuel Ángel Rodríguez, Maceira, —que de joven fue futbolista y después se aficionó al ciclismo— le dijo que no lo veía capaz de hacer ni 15 kilómetros en bicicleta. Manuel aceptó el reto, completó 25 y fue capaz de subir la mítica cuesta estradense de la Avenida de Santiago sin bajarse de la bici. Le costó lo suyo, pero le ganó a su suegro y, de paso, cambió el rumbo de su vida.

«De rapaz tiña andado en bici e gustábame, pero levaba anos sen facer deporte. Despois desa aposta volvín collerlle o gusto á bici e a afección foi indo a máis», explica Manuel. Para el estradense, además de deporte, el ciclismo es aventura, ocio y medio de transporte. «É un estilo de vida», explica el deportista, que tiene 49 años y hace una media de 16.000 kilómetros a pedal al año.

El salto del ciclismo como afición al ciclismo como sistema de desplazamiento se produjo hace seis años. Manuel, que vive en el casco urbano de A Estrada, trabaja como administrativo en la secretaría del Centro de Formación y Experimentación Agroforestal de Sergude, en el municipio de Boqueixón. Por la ruta más corta, la distancia que separa su casa de su centro de trabajo es de 19,5 kilómetros. Un buen día, mucho antes todavía de que el combustible se pusiese por las nubes, a Manuel se le ocurrió ir en bici a trabajar. La experiencia le gustó tanto que empezó a repetir hasta convertir lo extraordinario en un hábito. A día de hoy, en el centro educativo es conocido por llegar a trabajar en bici a diario, llueva o haga sol. «Non vou todos os días, pero si a maioría. Se non chove moitísimo vou igual, porque vou preparado. Levo camiseta térmica, un maillot bo, calcetíns que non che deixan entrar a auga aos pés, cubrebotas...», explica. «Habitualmente o que fago é ir os luns en coche e levar a roupa. O resto da semana vou na bici e cámbiome ao chegar a aséome un pouco», explica.

A Manuel no le gusta hacer recorridos lineales de ida y vuelta, así que normalmente va por el camino más corto —por Paradela— y vuelve por Pontevea, con pequeñas modificaciones en la ruta que alargan la distancia de retorno hasta los 25 o 30 kilómetros.

Según explica, el mayor inconveniente, en esta época del año, es la falta de luz. «Salgo da casa ás 7.15 para estar en Sergude ás 8.00 e a esa hora aínda é noite», cuenta el ciclista. «Teño boas luces, pero teño petado cun can e unha vez paseille por riba a un gato coa roda de atrás porque non puiden esquivalo. Pero caídas no camiño ao traballo nunca tiven. En cambio na ruta do Lacón rompín tres costelas. Pero a bici de monte xa ten o seu risco... O récord neses 19,5 quilómetros de ida ao traballo téñoo en 37 minutos, pero para iso hai que ir en plan adestramento, dándoo todo e a min para ir a traballar gústame ir tranquilo», comenta.

Salud y ahorro

Salvo la falta de luz, para Manuel con la bici son todo ventajas. «Fas deporte, que sempre están ben facer algo para estar ben tanto física como mentalmente, aforras e non contaminas. Eu botei a conta e xa lle teño sacado de encima 25.000 ou 30.000 quilómetros ao coche», cuenta. «Cando vou a traballar na bici estou máis activo e máis contento. Recoméndolle a todo o mundo que probe. Aforras, aparcas sen problema e seguramente vaiche prestar», aconseja.

A los lagos de Covadonga en una tirada de 20 horas

Manuel maneja una flamante Pinarello a la que llama cariñosamente Pinariña. No solo es su medio de transporte, sino también su compañera de aventuras. Con ella fue el año pasado de A Estrada a los lagos de Covadonga en 20 horas. Fueron 503 kilómetros de una tirada, parando solo para comer o ir al baño. Hace tres semanas completó también de una atacada el tramo A Estrada-Angliru, 390 kilómetros con casi 7.300 metros de desnivel acumulado. «Todos os anos me gusta facer algunha aventura», confiesa. Además del ciclismo, la otra gran pasión del estradense es la música. Fue guitarrista en los grupos Esquíos y Gharabullo, viste maillot de los Pixies y archiva sus recorridos con nombres de canciones.