A una velocidad de 1.020 filloas por hora

Domingos Sampedro
domingos sampedro SANTIAGO / LA VOZ

BOQUEIXÓN

SANDRA ALONSO

La parroquia de Boqueixón ensalza su producto estrella en una cita en la que cobra más fuerza la «filloa da pedra»

06 mar 2017 . Actualizado a las 23:35 h.

Chema Fernández, uno de los voluntarios que suda la camiseta en la filloeira mecánica de Lestedo, se presta a cronometrar la plusmarca de su recio brazo derecho. Es el encargado de esparcir con una de manguera el amoado de harina, agua, huevo y sal que, tras ocho minutos al fuego, se convertirá en una filloa. Si Chema se para, la cadena se rompe. Y la gente se pone nerviosa en la cola. Primer cronómetro: 17 filloas por minuto. Segunda medición: también 17. La cadencia es constante. Lestedo preparó ayer su producto estrella a una velocidad de 1.020 filloas por hora.

«Vai un pouco máis lenta do normal», se apresuró a aclarar Antonio Millán, otro de los voluntarios de la filloeira mecánica, que maldijo al ligero viento que soplaba al mediodía sobre la parroquia de Boqueixón. Antonio es el encargado de controlar la temperatura del artilugio. Si las finas tortas salen demasiado tostadas, se baja la candela. Hay que estar siempre pendiente. Pero advierte con orgullo: «É capaz de facer ata 1.600 filloas por hora, pero claro, en momentos punta e co lume a tope».

Ovidio Rodeiro, delegado territorial de la Xunta para la provincia de A Coruña, pero que antes fue alcalde de Boqueixón y todo un promotor de la filloa, explicó que la máquina patentada en Lestedo puede funcionar perfectamente con apenas seis o siete personas a un ritmo más que aceptable. Y así es. A mitad de recorrido de la cinta se sitúan Andrea y Susana para darle la vuelta al manjar con una paleta y, al final, se disponen otras dos personas para emplatar y descartar aquellas, muy pocas, que pudieron haber salido un poco quemadas.

Claro que la Festa da Filloa de Lestedo, que este año celebró su 34 edición, es mucho más que la máquina que las produce y las personas que trabajan de voluntarias en ella por turnos de 3 horas. Cada año se introduce alguna novedad más. Ayer tuvieron mucho tirón las «filloas da pedra», elaboradas con el mismo amoado de base, pero sobre piedra calientes y con forma cuadrada.

Los verdaderos protagonistas de la cita gastronómica del domingo de piñata, una de las que figura con letras mayúsculas en la calendario gallego, son los propios vecinos de Lestedo, los voluntarios, todas aquellas personas que antaño se encerraban en sus casas haciendo filloas durante una semana para poder agasajar el día grande a sus visitantes. Para ellos tuvo palabras calurosas la conselleira de Medio Rural, Ángeles Vázquez, pregonera de la actual edición -«filloeira afeccionada», como se definió-, a quien el alcalde de Boqueixón, Manuel Fernández Munín, le impuso el mandil de honor que, sin embargo, no pudo llevarse el exfutbolista Luis Suárez por su ausencia de última hora.