Los asesinatos de mamá» es una película de humor negro de 1994 dirigida por John Waters en la que Kathleen Turner hace un magnífico papel de madre de familia sin escrúpulos para la que los medios no importan si el fin es sacar adelante a su aparentemente idílica familia. Tiene, a mi entender, momentos brillantes en los que el director, en su afán de satirizar a la familia feliz americana, no duda en convertir a la madre perfecta en asesina de quien no recicla la basura o de quien no duda en acudir a un juicio con unos zapatos inadecuados.
Me acordé de Beverly Sutphin, la protagonista, cuando comprobé en la página web de La Voz de Galicia lo que ya me imaginaba, que la noticia de que un hostelero de Santiago fue sorprendido a las tres de la mañana depositando la basura iba a ser de las más leídas. En la tarde de ayer tenía miles de visitas, la segunda más vista en la edición local tras el merecido homenaje a la pareja casi centenaria de Boimorto que suma siete décadas de matrimonio. Nada que objetar, por supuesto, a la labor de la Policía Local; las normas están para cumplirlas, pero la anécdota invita a reflexionar sobre estos nuevos tiempos en los que vivimos de acuerdo con la filosofía de la madre perfecta; el vecino de al lado puede tener su armario lleno de cadáveres con tal de que no huelan.
Y lo que más me asusta es que no puedo dejar de identificarme con la protagonista de la película, que me molestan los bolsos mal combinados y la basura acumulada en la calle. No soy la única, lo sé. Vivimos rodeados de delincuentes con licencia para robar con tal de que lo hagan con elegancia.