Visita a tres Ribadiso vecinos del río ligado al Camino Francés en Arzúa

cristóbal ramírez

ARZÚA

CRISTÓBAL RAMÍREZ

El recorrido permite disfrutar de varios molinos y de un excelente hórreo

11 abr 2022 . Actualizado a las 00:45 h.

Objetivo: Ribadiso. Pero, ¿cuál? Lo primero que viene a la mente es el situado en los aledaños de Arzúa y en pleno Camino de Santiago. Ahí abre sus puertas un histórico albergue, que pasa por ser —junto con el Hospital de Montouto, en A Fonsagrada— el último que recibía peregrinos a principios del siglo XX, antes de la resurrección de Compostela como meta del viaje en los pasados años noventa.

En efecto, ese Ribadiso tiene mucho que ver a pesar de ser tan pequeño: el propio y magnífico albergue público, otros privados, restauración, un puente medieval recuperado, el río propio Iso (de ahí el nombre) y hasta, muy cerca, un área recreativa muy amplia. Lugar conocido desde el que se acomete la interminable subida hasta Arzúa por el Camino Francés.

Pero el río Iso no nace ahí. Nace en otro Ribadiso, y para conocerlo hay que tomar en el centro de Arzúa la carretera en dirección a Boimorto, y en determinado punto procede desviarse a la derecha por la AC-1001 (señalizada), asfalto rodeado de eucaliptos al principio, con un buen robledal a medida que se desciende. De los pocos que van quedando por esas montañas llenas de colorido en este tiempo del año, por cierto.

Y así se llega a Ribadiso de Mella. Un par de viviendas en ruinas —unos centenares de metros más arriba hay una granja— con un aire entre misterioso y bucólico acompañan a un excelente ejemplar de hórreo en muy buen estado. En la retaguardia, los restos de lo que en su día fue un molino.

Si se elige la pista de la derecha se dejará el municipio de Boimorto y se pisará el de Melide, con el Iso formando límite entre ambos, moderno limes (frontera) romano. Y un par de minutos después, dos pequeñas corrientes, el Rego de Sobreira por la derecha y el Rego Regueiro cruzando por abajo el asfalto, se unen. Ese es el punto donde nace río Iso, según la cartografía oficial.

Pues no, no es así. Porque la cultura popular manda en este caso. Para comprobarlo basta con echar un vistazo a un mapa, pero mejor hacerlo in situ. Así que marcha atrás, carretera de Ribadiso de Mella adelante, desvío a la derecha a Filgueira y Fornelos, y en esta aldea giro a la misma mano ascendente al principio pero por tierra (no es aconsejable meter el coche; si no se quiere andar, entonces hay que ir a la iglesia de San Cristovo y continuar hasta que se encuentra una señal a la diestra).

Lo que se va a encontrar el excursionista es una de las muchas granjas que pueblan ese paisaje siempre esplendorosamente verde. Y de huevos ecológicos, además. Se encuentra en Ribadiso da Fraga, con lo que queda de la fraga a la izquierda, poca superficie pero precioso bosquecillo, con las laderas de la montaña pobladas de eucaliptos. Por ahí corre el Rego Regueiro, pero el topónimo del lugar indica bien a las claras que desde tiempos ancestrales esa corriente se llamaba Iso. ¿Por qué si no Ribadiso da Fraga? Por cierto, se conservan dos molinos; el que queda a la vista, en mucho mejores condiciones que el que permanece oculto por la vegetación.

Por cierto, no ocupa lugar el saber que el Iso es afluente del Ulla, que tiene un recorrido de más de una veintena de kilómetros, y en lo que se refiere al origen de su nombre no hay coincidencia.

En efecto, mientras que algunos se inclinan por la raíz indoeuropea eis-, que significa correr velozmente (como en el caso del Ézaro, por ejemplo). La gran referencia gallega, el profesor Cabeza Quiles, se muestra cauto, está de acuerdo en que se trata de un hidrotopónimo prerromano y aventura que Iso «significa ou debe significar corrente de agua, río».

Tres Ribadiso, tres pequeños tesoros de la cultura gallega.