Solo uno de los acusados por dejar incapaz a un joven tras darle una paliza en la Festa do Queixo de Arzúa admite haberle golpeado
ARZÚA
La Fiscalía pide diez años de cárcel para los cuatro y que indemnicen con 283.000 euros a la víctima, que ahora sufre pérdidas de memoria y trastornos de personalidad
03 jun 2021 . Actualizado a las 00:23 h.El juicio por la brutal agresión en la Festa do Queixo de Arzúa del 2016 a un joven que quedó incapaz por las graves heridas cerebrales sufridas arrancó ayer en la sección segunda de la Audiencia Provincial de A Coruña con la declaración de los cuatro acusados, a los que la Fiscalía reclama diez años de cárcel y que indemnicen a la víctima con 283.430 euros, así como que paguen al Sergas los cerca de 40.000 que costaron sus operaciones y tratamientos.
En la primera sesión de la vista oral los acusados dieron su versión de los hechos. Al menos dos de ellos son vecinos de Santiago y uno de Arzúa, que fueron detenidos en su día por la Guardia Civil, mientras que el joven agredido es de una familia natural de Boimorto, aunque residía en Ferrol.
Tanto el ministerio público como la acusación particular otorgan a los cuatro el mismo grado de responsabilidad en la agresión, que tuvo al perjudicado 53 días en el hospital y otros 487 impedido. La lista de secuelas es espeluznante, ya que tiene daños cerebrales perpetuos como trastornos de memoria y de personalidad —entre otros—, así como crisis epilépticas o falta de gusto. De hecho, los trastornos que padece como consecuencia de aquellos golpes le han ocasionado una incapacidad permanente en grado de absoluta.
Por contra, tres de los cuatro acusados negaron ante el tribunal haber agredido al joven aquel 6 de marzo del 2016 a las 7.15 horas en el exterior del local Café Teatro. Aseguran que no le golpearon, al contrario de lo que señalan las acusaciones, mientras que el cuarto procesado, el que llegó a estar en prisión provisional por estos hechos, sí admitió haberle propinado un puñetazo, pero dijo que lo hizo por miedo a ser agredido él mismo al ver que el chico se abalanzaba contra él. Ese puñetazo, explicó, hizo que la víctima cayese al suelo y se golpease la cabeza con el bordillo de la acera. Los testigos relataron que el golpe que le fracturó el cráneo hizo un ruido de tal calibre que todos los presentes quedaron aterrados.