La defensa de la acusada de matar a dos ancianos en Arzúa pide su absolución

La Voz SANTIAGO

ARZÚA

Tanto los dos ancianos como la acusada vivía en casas cercanas en la parroquia de Figueiroa, en Arzúa
Tanto los dos ancianos como la acusada vivía en casas cercanas en la parroquia de Figueiroa, en Arzúa XOÁN A. SOLER

Alega que no es peligrosa y que puede recibir tratamiento sin estar encerrada

21 may 2021 . Actualizado a las 23:19 h.

La abogada defensora de la mujer acusada de asesinar a dos ancianos a los que cuidaba en Arzúa ha reclamado su absolución en la primera jornada del juicio que se celebra en la sección segunda de la Audiencia Provincial, en A Coruña. Esta es la segunda vez que se tiene que sentar en el banquillo, dado que el primer fallo, por el que se la condenó a un máximo de 30 años de internamiento médico, fue anulado por el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) porque se tuvo en cuenta a la hora de considerar probados hechos la declaración que la encausada hizo a los forenses del Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga) que decretaron que en el momento en el que se produjo el suceso sufrió un brote psicótico y que, por tanto, no era responsable de sus actos.

La letrada alega que la acusada fue diagnosticada de esquizofrenia desde 1994 y que en el momento en el que mató con un cuchillo jamonero a los dos ancianos, de 98 y 84 años de edad, sufrió un brote psicótico. Sin embargo, estima que no es peligrosa siempre y cuando reciba correctamente su medicación, por lo que sostiene que no tiene que estar encerrada en un centro psiquiátrico, como pide el fiscal.

Al igual que sucedió en el primer juicio que se celebró por este caso, el que fue declarado nulo por el TSXG, la mujer se ha acogido a su derecho a no declarar ante el tribunal. La misma decisión han tomado tanto su marido como su hija, que habían sido llamados como testigos.

La Fiscalía, que inicialmente había acusado a la mujer de asesinato, ha rebajado la calificación del delito a homicidio y, al igual que la defensa, considera que no fue consciente de sus actos porque sufrió un brote psicótico. Sin embargo, cree preciso establecer una medida de control para que no se cause daño a ella misma o a terceros y por ello solicita una condena de 43 años de internamiento para que siga tratamiento médico.

Los hechos

El trágico suceso se produjo en la madrugada del 27 de julio del 2016 en la parroquia de Figueiroa, en Arzúa. La acusada vivía en una casa que compartía finca con la de los dos ancianos, a los que ella misma cuidaba porque la señora era madrina de su marido y el señor su esposo.

Aquella noche la acusada sufrió un brote psicótico que la llevó a coger un cuchillo de 25 centímetros de largo en la cocina y dirigirse a la casa de los ancianos, a la que accedió con las llaves que el matrimonio guardaba en el alféizar de una ventana. Las víctimas dormían en ese momento en su habitación y ella les asestó varias puñaladas en la cama que les causaron la muerte.

Tras matar a los dos ancianos, la acusada volvió a su vivienda y se encontró en la cocina con su suegro, que se despertó al escuchar los ladridos de los perros. También le atacó a él, al que persiguió cuchillo en mano hasta su dormitorio y llegó a asestarle algunas cuchilladas en la zona de la cara y el cuello, pero el hombre logró parar los golpes con sus propias manos y pedir auxilio, lo que hizo que acudieran tanto el esposo como la hija de la procesada, que lograron reducirla.

Desde que se anuló el primer juicio, la acusada ha estado en libertad y haciendo vida normal bajo control médico, algo que su defensa considera una prueba de que no supone un peligro y que puede recibir tratamiento sin estar encerrada.