Esteban Capelo, que falló un penalti, marcó el único gol del encuentro
13 feb 2021 . Actualizado a las 20:46 h.El Fisterra sorprendió al Arzúa con un gol de Esteban Capelo en el arranque de la segunda parte: 0-1. En el tramo final del primer período, el conjunto visitante desperdició una gran oportunidad. El portero Marqueta detuvo un penalti lanzado por Capelo.
Los primeros minutos fueron intensos, con buenas llegadas al área de uno y otro equipo. Álex Ramos fue el primero en meterle el susto en el cuerpo a los locales. Rebasado el primer cuarto de hora, el Arzúa pudo desnivelar el marcador, pero un remate de cabeza de Iker Hurtado a la salida de un córner se fue alto.
Poco a poco, el Arzúa se convirtió en dominador del encuentro, generando más ocasiones. Los de Javi Rey buscaron el gol con más empeño que el colectivo de Marcos Domínguez, que dirigió al Fisterra tras la marcha de Jaime Sánchez.
En la recta final del primer acto, Brais Pedreira obligó al meta visitante Iván Bouzón a intervenir con acierto. El Arzúa insistió una y otra vez sobre el marco del Fisterra, que en rápidos contragolpes dispuso de varias opciones. La mejor ocasión la tuvieron los visitantes en un penalti cometido por Dani Blanco, en el minuto 43. El ex del Negreira, Esteban Capelo, fue el encargado de ejecutar la pena máxima. Raúl Marqueta se convirtió en el héroe del cuadro blanquiazul al detener el lanzamiento. En los últimos minutos de la primera parte los jugadores del Arzúa reclamaron penalti por una mano de un defensor visitante dentro del área.
En el arranque del segundo período, el Fisterra puso una marcha más y se acercó al área local. En una de estas aproximaciones, Capelo rompió el equilibrio en el marcador y celebró con mucha rabia el gol después de fallar el penalti.
Con ventaja en el marcador, el Fisterra se defendió con uñas y dientes. Lo hizo con orden y sin fisuras. El Arzúa, ya en el tramo final, atacó a la desesperada para intentar al menos la igualada. Javi Rey movió el banquillo y puso en escena a toda su artillería, pero el Fisterra no se arrugó en ningún momento.