Las limitaciones de movilidad restaron participación y asistencia de productoras
23 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.Una de las tradiciones navideñas es la feria que cada 22 de diciembre se celebra en Arzúa y en la que la venta de capones es el principal reclamo, debido a la calidad del producto.
Las limitaciones de movilidad provocadas por la pandemia y los anuncios previos de que esta feria quedaba suspendida, restaron participación y clientela, pero esto no evitó que un reducido número de productoras pusiese a la venta unos veinte capones, cuya fama, quien acostumbra a consumirlos, equipara a los de Vilalba.