La apertura de los 18,5 kilómetros de la A-54 entre Lavacolla y Arzúa reduce a la mitad el tiempo de viaje del tramo y mejora la seguridad de conductores y peregrinos

Xurxo Melchor
Tribunales y sucesos en la delegación de La Voz de Galicia en Santiago.

Santiago y Lugo están ya 15 minutos más cerca gracias a la apertura del tramo de la autovía A-54 que conecta Lavacolla con Arzúa. Son solo 18,5 kilómetros, pero las ventajas en materia de seguridad son muchas. No solo para los conductores, que evitarán tener que recorrer el peligroso trazado de la N-547, repleto de curvas, travesías urbanas y cambios de rasante, sino también para los miles de peregrinos que hacen el Camino Francés, que en esta zona va paralelo a la carretera nacional y que se cruza con ella hasta en cinco ocasiones, lo que obliga a los caminantes a atravesar la calzada con un considerable riesgo de atropello.

Hasta ahora, ir de Santiago a Arzúa por la N-547 exigía una media hora, aunque este tiempo podía variar en función del tráfico que se encontrase el conductor, ya que esta ruta es muy utilizada por camiones y cisternas para el transporte de mercancías. Ahora, por la A-54, el mismo viaje dura la mitad. El nuevo tramo entronca con la autovía en A Lavacolla y finaliza cuatro kilómetros antes de llegar al casco urbano de Arzúa. En este punto final se ha construido una gran rotonda que conecta con la carretera nacional y desde la que es visible el desmonte que ya se está realizando para continuar esta vía de alta capacidad.

Con el tramo recién inaugurado, la A-54 ya está operativa desde Santiago a Arzúa y desde Palas de Rei a Lugo. Restan los 30 kilómetros entre ambos puntos, con Melide en el epicentro. Las previsiones del Gobierno central son completar las obras en el 2021, aunque el estado actual de los trabajos y el histórico retraso que ha sufrido esta infraestructura no invitan a ser optimistas. No hay que olvidar que el primer tramo, el que une Santiago con Lavacolla, se abrió al tráfico nada menos que en enero de 1999, hace ya dos décadas.

Trazado sin problemas

El trazado del tramo recién inaugurado es agradable a la conducción y aparentemente seguro. No en vano, la limitación de velocidad se mantiene invariable en el máximo permitido: los 120 kilómetros por hora. Tan solo se echa de menos que cuente con un carril para vehículos lentos en las subidas con fuerte pendiente como la que hay en O Pedrouzo.

Entre Lavacolla y Arzúa se han habilitado cuatro nuevas salidas en la A-54 que conectan con los principales núcleos de población. En ambas direcciones, están las de O Pedrouzo en el kilómetro 80, Cerceda-Touro en el 77, A Salceda en el 72 y Arzúa-Touro en el 60. A estas hay que sumar la que ya existía en el kilómetro 84, que conecta la autovía con las carreteras que van a Curtis, Oviedo y O Pedrouzo, y la del kilómetro 86, que enlaza con la autovía del aeropuerto compostelano, Sigüeiro y la AP-9 en dirección a A Coruña.

Además, a la altura del kilómetro 70, ya han quedado listos los carriles de acceso y salida, así como dos grandes explanadas a ambos márgenes de la autovía para ubicar en ellas las que serán las únicas estaciones de servicio disponibles en el nuevo tramo.

Poco tráfico el primer día

El hecho de que la inauguración de las obras haya coincidido en período electoral ha hecho que no se haya podido celebrar ningún acto de apertura oficial del nuevo tramo de la A-54. Una circunstancia que quizás ha provocado que los usuarios hayan tardado en darse cuenta de que ya podían utilizarlo. De este modo, desde que sobre las 14 horas del viernes quedó abierto, eran muy pocos los vehículos presentes en la vía. Algo en lo que también influyó el hecho de que la Demarcación de Carreteras informase erróneamente que la apertura se produciría a las 18 horas.

la reacción de la xunta

Sorpresa por una inauguración que ven electoralista y dudas sobre los plazos

A la conselleira de Infraestruturas e Mobilidade, Ethel Vázquez, la inauguración del tramo Lavacolla-Arzúa de la A-54 le ha parecido electoralista porque se ha hecho un día antes de la jornada de reflexión cuando afirma que «podíase ter aberto hai semanas». A esta circunstancia, la responsable de la Xunta también suma sus dudas de que la autovía Santiago-Lugo esté completa en el 2021, algo que achaca al «castigo» del Gobierno de Pedro Sánchez a Galicia. Recordó que fue «Rajoy quen pasou do papel á obra real» este proyecto y que fue bajo su mandato cuando se iniciaron los trabajos para que estuvieran listos antes del próximo año santo, algo que no cree que se produzca. «A ver se están para o do 2027», añade.