Las camadas son la primera causa de abandono de perros en Arzúa y Melide

Natalia Rodríguez Noguerol
natalia noguerol MELIDE / LA VOZ

ARZÚA

Una campaña facilitará en el concello arzuano la esterilización de veintiocho canes

25 nov 2018 . Actualizado a las 05:10 h.

«Os motivos son obvios: evitar o abandono e o maltrato, que son o gran problema que hai cos animais de compañía, con gatos e cans, fundamentalmente, e con esta iniciativa imos á raíz dese problema, abordamos as súas causas». Raquel Freiría explica el porqué de la campaña de esterilización que Apaca -la Asociación Protectora de Animales del Camino de Santiago- lanzó en Arzúa, donde veintiocho canes se someterán a una intervención, gratuita para los propietarios de los animales. Freiría, portavoz del colectivo, respalda con datos la necesidad de impulsar la iniciativa.

Las camadas indeseadas son, junto con los canes de caza, la primera causa de abandono de perros en las comarcas de Arzúa y de Melide. En lo que va de año, Apaca recogió 52 perros (44 cachorros, siete hembras y un macho), pertenecientes a tres camadas de Arzúa, dos de Melide, una de Boimorto y otra de O Pino. El número de canes de caza al abrigo de la protectora asciende a 54, a lo que hay que sumar otros 41 perros, recogidos en su mayoría en Arzúa, donde centra su actividad Apaca por el convenio que tiene suscrito con la Administración local, que aporta 4.000 euros a la entidad. Con todo, la protectora da respuesta a casos excepcionales -de canes en condiciones extremas o hembras embarazadas, por ejemplo- de municipios del entorno como Melide, Boimorto, Frades, Touro, Oroso, Friol o Palas de Rei.

La actuación del colectivo más allá de los límites de la provincia coruñesa encuentra su explicación en el propio origen de Apaca, que se creó en el año 2015 para hacer frente al abandono de perros en la Ruta jacobea. Tres años después, los canes que llegan acompañando a peregrinos ya no son mayoría en la protectora. Los romeros «responderon fantasticamente» a las campañas que impulsó Apaca para mudar aquella dinámica, hasta el punto de que «os propios peregrinos estanos adoptando», comenta Raquel Freiría.

Premio de la Xunta

La labor de información y asesoramiento que la protectora de animales realiza en el Camino de Santiago la reconoció este año la propia Xunta, que premió a la entidad con 15.000 euros. Una parte de ellos se destinarán a cubrir los gastos de la campaña de esterilización, que tuvo incidencia en el conjunto de la comunidad. Recibieron 91 solicitudes de, amén de Arzúa, Santiago, Brión, Melide, Santiso, Touro, O Pino, A Coruña, Betanzos, Arteixo, Moaña, Pontevedra, Vigo, Barro o A Cañiza, entre otros 24 municipios. Finalmente, fueron 56 los dueños de perros que aportaron la documentación que solicitó Apaca para considerar la esterilización.

Raquel Freiría confía en que, una vez concluida la campaña en tierras arzuanas, tenga continuidad en los demás concellos. En el de Oroso y O Pino manifestaron su interés por ella y sus respectivos alcaldes, Manuel Mirás y Manuel Taboada, ya la abordaron, de hecho, con la portavoz de la protectora.

Casas de acogida a la espera de un refugio

Unos 89.000 ciudadanos estamparon su firma en la plataforma Change.org, respaldando la petición que lanzó Apaca para que las administraciones se impliquen en la construcción de un refugio para mascotas abandonadas en el Camino de Santiago. Es una reivindicación que persigue la protectora desde su constitución hace tres años, pero que, de momento y pese a la insistencia ante autoridades e instituciones públicas, se resiste. Con todo y después de todo ese tiempo, la portavoz de Apaca se muestra ahora mismo optimista. «Temos moitas mellores expectativas, co que agardamos que, para o ano, se materialice ese refuxio», afirma Raquel Freiría, luego de contar que en la Diputación de A Coruña «amosaron a súa disposición a cofinanciar as instalacións nun terreo público». El problema es que, de momento, «ningún Concello está disposto a ceder terreos», añade.

Entretanto, la treintena de canes que, de media, atienden en la protectora -que anualmente llega a gestionar hasta 140 adopciones y devoluciones de canes que les llegan abandonados o perdidos- se distribuyen entre las casas de acogida de voluntarios que colaboran con la entidad en Arzúa, Boimorto, O Pino, Santiago y A Coruña. «Aínda que cheguemos a ter un refuxio, non podemos renunciar ás casas de acollida porque son fundamentais para socializar aos cans e que as adopcións, polo tanto, sexan efectivas», explica Freiría.