Un hostelero local con experiencia en el sector promueve el establecimiento, que tendrá sesenta habitaciones dobles
07 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Arzúa verá ampliada a medio plazo su oferta de plazas para pernoctar en la localidad, que ha registrado en los últimos años un notable incremento del número de establecimientos de hospedería debido al auge del Camino de Santiago, principal motor turístico de los municipios con alguna ruta jacobea. El nuevo impulso se lo dará un empresario local con experiencia en el sector, que diversificará los servicios disponibles con un hotel de dos estrellas, que ofrecerá más de un centenar de nuevas plazas distribuidas en sesenta habitaciones dobles.
El promotor es Manuel Rúa, gerente de la pensión a la que da nombre su primer apellido y del albergue de peregrinos Don Quijote, dos negocios contiguos, situados al lado del solar en el que, desde el pasado marzo, se levanta el esqueleto del futuro establecimiento de hospedería.
El plazo de ejecución de este inmueble, por delante del que discurre el Camino Francés en el tramo de entrada al casco urbano de Arzúa, es de dos años, tal y como precisa Rúa, que apostó por el proyecto con la confianza «de chegar a traballar con máis clientela que o peregrino». Explica por qué: «Si é verdade que os peregrinos veñen cada vez máis, pero non menos certo é que camiñamos cara unha masificación de establecementos».
Este empresario arzuano vinculado al sector hostelero apunta que las rutas jacobeas que más crecen en afluencia de peregrinos en estos momentos no son ninguna de las que discurren por el municipio, donde el Camino del Norte confluye con el Francés, que continúa siendo con mucha diferencia el más transitado. Con todo, también valora como un aspecto positivo que «o incremento de servizos equilibra os prezos, e se non se ofrecen, o turista non volve».
Tal y como destaca Manuel Rúa, la oferta de establecimientos para pernoctar en Arzúa es ya en estos momentos elevada. Al margen de los públicos pertenecientes a la Xunta de Galicia, hay una decena de albergues de gestión privada solo en el casco urbano, a lo que hay que sumar cinco ubicados en núcleos rurales por el que discurre la ruta jacobea. A mayores, ocho pensiones, un mesón y un hotel ofrecen camas para pernoctar, y lo propio hacen en dieciocho establecimientos de turismo rural distribuidos por el conjunto del término municipal. Salvo estos últimos, el resto abrieron sus puertas para dar respuesta a la demanda vinculada a la ruta jacobea, que ofreció una oportunidad de negocio, aunque el turista que aporta sea solo de paso.