El animal podrá hacer vida normal pese a la amputación

La Voz

ARZÚA

05 feb 2015 . Actualizado a las 09:59 h.

La perra de caza abandonada en Arzúa recuperó la identidad en la protectora, donde la bautizaron como Rosca y desde la que buscan una familia que le dé abrigo porque «ha sufrido tanto que se merece el mejor de los hogares». Cuentan desde Apadan, que también busca familia para otros 120 canes que mantiene en el refugio, que Rosca «todavía tiene por delante un largo camino para su total recuperación».

Un exhaustivo examen veterinario determinó que la hembra de sabueso tendrá que someterse a una complicada cirugía para amputarle el muñón «ya que le cuelga una parte de la piel y un trozo de hueso», explican desde la protectora. Pero superada la intervención, Rosca «podrá hacer vida medianamente normal en poco tiempo», aseguran desde Apadan. Lo logrará «porque a pesar de todo es una superviviente con energía y cariño desbordante que ha sabido perdonar y olvidar».