Inflación y burocracia retrasan la ejecución en plazo de obras públicas

Emma Araújo SANTIAGO / LA VOZ

AMES

cedida

El Concello de Ames abre expedientes por graves incumplimientos

06 feb 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

El actual contexto económico, con una escalada de la inflación provocada por la subida de precios del petróleo, las consecuencias de la pandemia y la guerra de Ucrania, están afectando a la ejecución en plazo de las obras. La Ley de Contratos del Sector Público, aprobada en el año 2017, añade un escollo a las tramitaciones de las administraciones locales, que deben recurrir en mayor medida a la licitación de proyectos mediante la fórmula de concurrencia competitiva de concursos públicos.

Esta ley, diseñada para reforzar la transparencia, dilata algunos procesos que antes podían solucionarse con procedimientos negociados (invitaciones directas a empresas) y alarga los plazos. Y en un contexto inflacionista, cuando se cierran las adjudicaciones los precios recogidos en las ofertas de las empresas no siempre están en consonancia con el coste de los materiales.

Ante esta situación, varios concellos han tenido, y tienen, graves problemas para llevar a término y en plazo parte de sus obras, algunas de especial calado, como ocurrió, entre otros motivos, con la reurbanización de Concheiros (Santiago) y la ampliación del centro sociocultural de Sigüeiro (Oroso). En otros casos, como el proyecto del centro sociocultural de O Milladoiro (Ames), el Concello tuvo que eliminar una planta del edificio para que la obra pudiese ser asumible y ejecutable en plazo.

El Ayuntamiento de Ames es, precisamente, uno de los más afectados por esta realidad. «Desde que se licita un proxecto ata que pode comezar a obra pasa demasiado tempo», afirma Blas García, regidor amiense. Y si a esto se añade que los plazos pueden extenderse aún más cuando las empresas no presentan toda la documentación, hay presupuestos que difícilmente se ajustan a la realidad del mercado cuando llega el momento de cumplirlos tras meses de retraso.

Expedientes sancionadores

«Temos obras sen rematar o empresas que aínda non comezaron os traballos», reconoce García, lo que ha implicado la apertura de expedientes sancionadores por incumplimientos. En algunos contratos, con multas económicas a las empresas, estas terminaron al límite obras en las zonas rurales de Paramuíño y Ventosa. Y en el caso de la constructora encargada del proyecto de una senda en Ventín (O Milladoiro), la opción del Concello pasó por una rescisión del contrato. Otro proyecto de O Milladoiro para mejoras en accesibilidad también está afectado por las dificultades de la adjudicataria para hacer la obra. La empresa seleccionada no responde a los requerimientos municipales para iniciar los trabajos y la constructora, ahora vinculada a esta empresa, también tiene proyectos contratados en Ames sin iniciar.

Los problemas de ejecución no solo afectan a firmas del sector de ladrillo, ya que también hay otras inversiones, como la de renovación de luminarias para instalar sistemas led que también van al ralentí. Y Ames es de nuevo un ejemplo de ello, con el proyecto para renovar el alumbrado en toda la zona rural.

Teo también tiene problemas de similar calado, en su caso solo con una obra no ejecutada en la Casa Común de Oza. La Xunta de Goberno Local de este concello deberá decidir si impone una sanción económica o opta por rescindir el contrato. La opción por la que inicialmente apuesta el Concello es la rescisión del contrato, por lo que será necesaria una nueva licitación.

Los ayuntamientos más pequeños tampoco se libran de esta realidad. Óscar del Río, concejal de Obras de Val do Dubra, señala las dificultades para llevar a término todas las adjudicaciones. «Agora temos en licitación 23 e está sendo complicado sacalas adiante por tanta burocracia», afirma.