Comprar una capilla es posible en Ames, pero reformarla para vivir en ella ya no es tan fácil

emma araújo SANTIAGO / LA VOZ

AMES

xoan a. soler

La iglesia del siglo XIX se vende como una «ganga» de 70.000 euros para convertirla en vivienda pero tiene protección integral

18 jun 2022 . Actualizado a las 09:46 h.

¿Es posible comprar una capilla? La respuesta es afirmativa y el precio no llama la atención por abultado, ya que se vende por 70.000 euros en una ubicación privilegiada: la aldea de Costoia, en Ames, a menos de 15 minutos en coche del centro de Santiago.

El inmueble data del siglo XIX, según la familia propietaria, y hasta que llegó la pandemia fue un lugar de culto en honor a Santo André. De hecho, en su interior hay una talla del santo que no está a la venta ya que, explica uno de sus dueños, si consiguen venderla quieren donar los elementos religiosos que en ella conservan a la Iglesia católica.

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La capilla de Costoia está a la venta desde hace menos de un mes y el anuncio puede verse en un conocido portal inmobiliario con un llamativo reclamo, ya que cataloga el inmueble en su apartado de casas de ensueño con el mensaje de «se vende capilla para reconvertir en vivienda por 70.000 euros cerca de Santiago».

El citado anuncio define la propiedad como una «antigua capilla con muros de piedra y rodeada de árboles». Añade que está ubicada en una parcela de 200 metros cuadrados y que «necesita una profunda reforma para poder usarla como vivienda». «Pocas veces se ven estos cambios de uso de un inmueble eclesiástico en vivienda», consta en el texto del anuncio, que también recoge que la capilla tiene «un pequeño altar con una talla de San Andrés y asientos parroquiales para unos 30 asistentes».

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Tan inusual anuncio ha generado infinidad de ofertas, según afirma uno de sus propietarios, pero también ha provocado alarma social. Tanto es así que la Asociación para a defensa do patrimonio cultural galego (Apatrigal) califica la operación como una «engañosa venta» al afirmar que está protegida y cualquier intervención, por mínima que sea, debe autorizarla Patrimonio.

Así consta en el inventario de bienes del Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM) de Ames, que cataloga el inmueble como un elemento de arquitectura religiosa definiéndolo como «capilla de planta rectangular ejecutada con piedra de mampostería, marco sencillo adintelado y ventanuco circular. Remata una campana sobre arco de forja sencillo». La citada ficha también recoge explícitamente que la construcción goza de «protección integral».

Con su denuncia pública, Apatrigal afirma que, ante una posible de venta, la persona o entidad que la adquiera tiene que ser plenamente consciente de que no podrá realizar ninguna rehabilitación que altere su interior. «No se puede ni cambiar el pavimento», añade el colectivo. Tampoco modificar su uso para convertirlo en vivienda. La única posibilidad de que se retire una protección integral es que el inmueble en cuestión esté destruido o muy deteriorado, algo que, resalta Apatrigal, no ocurre con esta capilla.

Uno de los propietarios aclara que la razón por la que deciden venderla, pese a que la construyeron sus antepasados y siempre perteneció a la familia, es frenar su deterioro, ya que ahora tiene muchos dueños, lo que dificulta su correcto mantenimiento. «Siempre estuvo a disposición de los vecinos y algunos tienen las llaves para acceder a ella sin problemas», afirma este copropietario, que matiza que, si finalmente no se materializa la venta de la capilla con todas las garantías, la idea que barajan es cederla a la Iglesia.