Una nueva bocatería, fruto de la necesidad de tener un trabajo

Patricia Calveiro Iglesias
Patricia Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

AMES

Nicolás Orrego (en la foto, a la derecha) muestra junto a John, al que contrató a raíz de la apertura de la bocatería Migas, uno de sus bocadillos en pan de aceite (de 22 centímetros de diámetro). El negocio,  situado en la esquina entre las rúas Viorneira y Rosalía de Castro, ofrece servicio a domicilio y de «take away» (para recoger en el local)
Nicolás Orrego (en la foto, a la derecha) muestra junto a John, al que contrató a raíz de la apertura de la bocatería Migas, uno de sus bocadillos en pan de aceite (de 22 centímetros de diámetro). El negocio, situado en la esquina entre las rúas Viorneira y Rosalía de Castro, ofrece servicio a domicilio y de «take away» (para recoger en el local) Xoán A. Soler

Natalia y Nicolás, un matrimonio chileno afincado en Santiago, abrió su primer negocio propio en O Milladoiro, Migas

11 may 2021 . Actualizado a las 08:26 h.

Con más de 14.000 personas en paro en Santiago y los concellos del entorno, compitiendo por unos pocos puestos, y un mercado laboral que se recupera a paso lento de la debacle del covid, las opciones de encontrar un empleo por cuenta ajena son aún limitadas. Esto fue lo que llevó a un matrimonio, el de Nicolás Orrego y Natalia Rodal, a abrir su propio negocio. «Surgió por una necesidad de tener trabajo y generar dinero», dice él. Aunque llevan tres años viviendo en Santiago, la pareja chilena explica que fue en Ames en donde encontraron el local que buscaban para crear su bocatería. Su propietario (José Manuel Fernández Gómez), además, les facilitó enormemente las cosas, destacan agradecidos por «toda la ayuda que nos ha brindado». Así es como acabaron inaugurando en O Milladoiro, hace poco más de un mes, Migas. Allí elaboran una carta de ocho bocadillos, con cuatro panes distintos (de aceite, barra artesana, sin gluten y chapatas para sus choripanes), entre los que triunfa el de carne mechada de ternera y lomo de cerdo. Eso sí, solo atienden pedidos para recoger en el establecimiento o para llevar a domicilio (el reparto se ciñe actualmente únicamente a la zona de O Milladoiro, pero en breve pretenden ampliarlo también a la capital gallega). «Tenemos también empanadas de carne, pastel de maíz y hot dogs... pero no son los típicos de acá, además de la salchicha van con aguacate, tomate, mayonesa y pan especial», apunta Nicolás.

En su país, dicen, ya se habían dedicado a la hostelería; aunque en los últimos años, él trabajó en un párking y Natalia en una gran casa de bricolaje de Costa Vella (empleo que compagina con el nuevo negocio familiar). Señalan que, al tener un local pequeño, y por las propias medidas sanitarias impuestas por la pandemia, no disponen de mesas para comer en el propio local, aunque esto que no ha influido en la buena acogida por parte del público. «La gente nos recibió muy bien, mejor de lo esperado. Al ver la nueva apertura había expectación por probar los bocatas que hacemos, y han gustado. Es comida de paso, para gente trabajadora, y una opción distinta a las que ya había», continúa este pequeño empresario, al que poco le duró la buena suerte. La semana pasada entraron a robar al local y se llevaron la caja registradora. «Podía haber sido peor y encontrar destrozos que no nos dejaran seguir trabajando... Fue un disgusto, porque es nuestro primer mes y recién estamos emprendiendo, pero son cosas que pasan. Nadie está preparado para un robo», sentencia con resignación.

El picantón cobra vida

No hubo degustación de picantón este año en Rarís, pero el ambiente festivo inundó el domingo la parroquia de Teo, en una celebración adaptada a la pandemia. La gran novedad fue que este año el pollo cobró vida. Diego Cajaraville, tesorero de la asociación cultural Pozo da Xerpa y vecino de Rarís, encarnó al protagonista de la fiesta y recorrió el lugar junto con el grupo de música tradicional Ghazafellos. Desde las diez de la mañana hasta las cuatro de la tarde animaron la jornada festiva con la idea de «levar a música e o picantón ás casas». Destaca Diego el buen recibimiento, especialmente por parte de las personas mayores: «A xente ten moitas ganas de festa e de esquecer por un momento os problemas. Cando chegabas á porta das súas casas coas gaitas, ata che sacaban de comer e de beber». La asociación fomentó también la participación con concursos en las redes sociales.

Premio Relato Curto

Alumni USC anunció ayer el ganador del Premio de Relato Curto, que recayó en Marcos Dios Almeida. El escritor vigués obtuvo el primer premio, dotado con 500 euros (aportados por el hospital HM Rosaleda), con Nautas, una obra futurista, «orixinal e rica en léxico», destacó el jurado. El acto de entrega quedó aplazado y sin fecha, por la crisis sanitaria.