El comedor del colegio de A Maía abrirá para dar servicio a la Escola de Verán de Ames

Emma Araújo SANTIAGO / LA VOZ

AMES

CEDIDA

El Concello sancionó a la empresa por retrasos en la obra

12 jul 2021 . Actualizado a las 20:44 h.

El colegio de infantil y primaria A Maía, de Bertamiráns, podrá arrancar el próximo curso con el nuevo comedor municipal operativo, ya que las obras para construir las instalaciones están prácticamente terminadas, con la previsión de que pueda entrar en funcionamiento con las primeras convocatorias de la Escola de Verán, el programa quincenal de conciliación del Concello de Ames para los meses de julio y agosto.

En realidad, según avanzó David Santomil (BNG), concejal de Educación y regidor en funciones hasta la elección de Blas García (PSOE), lo más probable es que, coincidiendo con las jornadas del programa Xuño Lúdico, ya se lleven a cabo las tareas de traslado de todo el material, por lo que a partir de septiembre podrá funcionar a pleno rendimiento. Lo hará con un año retraso por los problemas con las obras, pese a tratarse de un diseño de piezas prefabricadas, fórmula con la que el Concello quiso agilizar al máximo su necesaria apertura.

El proyecto fue contratado por urgencia en la primavera del 2019 ante los problemas de saturación del antiguo comedor, con capacidad para alimentar a diario a 300 escolares. Con el nuevo espacio aumenta hasta las 460 plazas, con la ventaja de que, al ser una estructura prefabricada de nueva construcción, las instalaciones que hasta ahora se utilizaban para el servicio de comidas se pueden redistribuir para otras necesidades educativas y aliviar zonas saturadas.

El Concello asumió el proyecto con fondos propios y un gasto que rondó los 400.000 euros, pero la empresa, que debía terminar la obra en mayo del 2020, fue acumulando retrasos, por lo que pidió una ampliación del contrato, primero hasta el 31 de julio, y después hasta el 31 de agosto, fecha que el Concello declaró improrrogable. Al haberse incumplido este plazo se aprobó un expediente sancionador y se decidió continuar con la misma contratista, al considerar, según reconoció Santomil, que abrir una nueva licitación dilataría todavía más todo el proceso.

La sanción, de más de 15.000 euros, se descontará del dinero pendiente de percibir por parte de la firma sancionada.