El área de Santiago cerró el 2019 con 1.056 muertes más que nacimientos

b. casal SANTIAGO / LA VOZ

AMES

CEDIDA

La capital pasa de un saldo vegetativo negativo de cinco a 215 en solo diez años

09 ago 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Al igual que el resto de Galicia, el área compostelana no deja de perder población. Todos los municipios, salvo Ames, acabaron el 2019 con más defunciones que nacimientos, según datos del Instituto Galego de Estatística (IGE). En total, la suma de todos los saldos vegetativos, contando también el balance positivo de Ames, arroja un dato poco esperanzador: en el conjunto de los veinticinco concellos fallecieron el año pasado 1.056 personas más de las que nacieron. El mayor descenso fue el de Santiago, que cerró el 2019 con un saldo negativo de 215 personas (nacieron 649 y murieron 864).

Esta cifra supone un aumento en la pérdida de población de la capital gallega respecto a los años anteriores, y alerta de la situación de la ciudad, que no deja de envejecerse. Diez años atrás, la capital tuvo un saldo vegetativo negativo de solo cinco habitantes. Sin embargo, los datos del pasado año no solo son peores que los de hace una década, sino que también son malos si se comparan con los del 2018, cuando Santiago acabó con un balance negativo de 189 vecinos. En el resto de concellos la situación es semejante: Teo terminó el año con 72 en negativo (101 nacimientos y 173 muertes), Arzúa con 49 (39 frente a 88) y Melide con 45 (46 y 91). En otros municipios los nacimientos y las defunciones están más igualadas, como en Brión, en donde nacieron 62 bebés y murieron 64 personas. Sucede lo mismo en Oroso, que tuvo un balance negativo de 5, con 56 nacimientos y 61 decesos.

Ames pierde fuelle, en Toques no nace ningún bebé y Santiso pasa en un año de cero a siete

A pesar de ser el único concello con más nacimientos que defunciones, Ames reduce su crecimiento vegetativo respecto a los últimos años. Mientras que en el 2009 tuvo un balance positivo de 243 vecinos nuevos, en el 2018 la cifra bajó a 92 y en el 2019 a 72. Si hace una década nacían en el municipio 373 bebés, el pasado año solo lo hicieron 254. Esta bajada de la natalidad también ocurre en otros concellos, como Toques, que fue el único de la zona en el que no nació ningún bebé en el 2019. A pesar de ser un ayuntamiento pequeño, hace diez años nacían en Toques seis bebés y en el 2018, dos. El balance anual es producto de sus quince fallecimientos.

Inverso fue el caso de Santiso, que aunque cerró el año con un saldo negativo de 32, tuvo siete nacimientos frente a ninguno en el 2018. No obstante, el concello no fue capaz de mejorar sus datos, puesto que a pesar de ese aumento de la natalidad, también tuvo que sumar 39 fallecimientos. Otros municipios que consiguieron aumentar su natalidad fueron Ordes (91 nacimientos en el 2019 frente a los 88 del 2018); Brión (con 62 frente a 56) o Rois (con 26 frente a 22).

«La ayuda a la natalidad no sirve de mucho» 

l. g.

En el último año, el concello de Toques no registró ningún nacimiento. Ante esto, el alcalde, Miguel Ángel Buján (PSOE), afirma que una de las opciones pensadas para incentivar la natalidad era ofrecer ayudas económicas directas a las familias para que tengan hijos, «pero la experiencia que tenemos nos dice que no sirven de mucho». Asegura que este tipo de medidas no consiguen impulsar la natalidad porque si las parejas no están pensando en tener hijos, las ayudas no hacen que cambien de idea. Desde el propio Concello ofrecen otro tipo de apoyo para las familias que ya tienen pequeños. «Nosotros lo que sí hacemos es ofrecer ayudas para que las familias puedan criarlos con mayor facilidad. Damos todas las ayudas posibles para alimentación o para cubrir los gastos de libros para el colegio», señala Buján.

Según el alcalde de Toques, el principal problema del negativo balance demográfico reside en el despoblamiento del rural. «La demografía no depende ya tanto de los nacimientos, sino del asentamiento de la población», explica. Lo que tratan de conseguir es fijar la población, evitar que la gente se vaya del concello y que los jóvenes, sobre todo, retornen al rural. Buján recalca la necesidad de potenciar la industria y dar más facilidades a los autónomos para evitar que se vayan a las ciudades en busca de trabajo. «Por mucha ayuda que haya, todos los concellos están a la baja», afirma, aunque no descarta valorar en un futuro las ayudas a la natalidad.