Mar Piñeiro: «Hay más personas con problemas de salud mental y queremos ayudarlas»
AMES
La entidad que preside, Fonte da Virxe, celebra 25 años de apoyo al colectivo y a sus familias y atiende a un centenar de usuarios en la zona
30 jun 2019 . Actualizado a las 05:00 h.«Las personas de nuestro colectivo son muy dependientes y altamente vulnerables, pero con buena medicación y rehabilitación hacen una vida tranquila y estable. Nosotros apoyamos que sean lo más independientes y autónomas posible, como quienes padecen diabetes o cualquier otra enfermedad», afirma Mar Piñeiro, presidenta de la Asociación Fonte da Virxe, de apoyo a personas con problemas de salud mental y sus familiares desde el 2010. Se fundó en julio de 1994 y celebran sus primeros 25 años.
-¿Cómo valora esta trayectoria?
-La asociación nació para ofrecer alternativas y dar respuestas a necesidades del colectivo que estaban sin cubrir. Fundadores, padres, familiares, profesionales y personas usuarias tenían muchas inquietudes y dudas, y muchas aún persisten, pero la asociación ayuda a amortiguarlas.
-¿Cómo actuaron hasta ahora?
-En 1994 se iniciaba el movimiento asociativo, que se fortaleció en 1995 con Feafes, la federación de asociaciones de familiares y personas con enfermedad mental de Galicia, en la que estamos integradas 14 entidades. Fonte da Virxe empezó en locales prestados por el centro sociocultural Aurelio Aguirre de Conxo.
-Después tuvieron local propio.
-Sí, en una vivienda de Quistiláns (Ames) y en Santiago. Desde el 2014 estamos en Campo do Forno, en el barrio de San Pedro, eso supuso un gran avance.
-¿Por qué un avance?
-En Quistiláns teníamos un buen espacio, amplio y tranquilo, pero no favorecía la integración como el nuevo local de Santiago.
-¿Qué diferencias resalta?
-Antes había que transportar a los usuarios en furgoneta y se perdía mucho tiempo para actividades. Ahora acuden andando, en autobús, o los llevan, eso favorece más la integración.
-¿Quién forma Fonte da Virxe?
-Somos unas 350 personas socias y atendemos a unas 100, diagnosticadas de esquizofrenia y trastorno bipolar, enfermedades mentales graves, y crónicas.
-¿Cómo les atienden?
-En Campo do Forno tenemos un centro de rehabilitación, en el que Sanidade subvenciona 50 plazas, aunque asistimos a unas 60 personas. En Santiago disponemos de otro local, un centro ocupacional en A Barcia, con 12 usuarios más y 8 de sus plazas las subvenciona Política Social. Hace tres años iniciamos un plan de acompañamiento integral para apoyar en su entorno a 14 personas de zonas urbanas, sobre todo de Santiago y Ames, y a 11 que residen en espacios rurales; son 25 personas que no quieren acudir a otros recursos y así están atendidas. Tenemos un piso protegido de mujeres, con cuatro usuarias, y queremos ampliar próximamente otro de hombres. Además, ofrecemos respiro familiar una vez al mes, para que las familias descansen; y una escuela de familias, con reuniones los últimos martes de mes, donde se exponen vivencias y problemas y se comparten experiencias.
-¿Cuál es el mayor problema de las personas con enfermedad mental?
-El laboral. Tienen empleo solo un 5 %, muy pocas en nuestra asociación. Feafes trabaja duramente en este ámbito, con menos avances de los deseados. En los talleres de A Barcia preparamos para trabajar, y tenemos usuarios a quienes les ofrecen empleos temporales, por ejemplo en una panadería o en tareas de limpieza, y después vuelven con nosotros. Hay personas a quienes la enfermedad mental les sobrevino muy jóvenes, a los 18 años o antes, no pudieron completar su formación y eso les limita. Tenemos algún usuario que trata de acabar la carrera. Hay que potenciar sus habilidades para enmascarar sus limitaciones, como hacemos todas las personas, incluso quienes no están enfermas. Y entre nuestros usuarios también hay verdaderos artistas y artesanos del cuero, la cerámica o la fotografía; otros escriben poesía y otra literatura fenomenalmente. Tuvimos teatro, pero el horario era incómodo, los sábados, pero volveremos a retomarlo.
-¿Tienen algún proyecto nuevo?
-Vemos como hay más personas con problemas de salud mental y queremos ayudarlas, llegar a ellas, en zonas rurales y urbanas, para poder apoyarlas. Ese es nuestro mayor proyecto.
-¿Es difícil llegar a ellas?
-A veces es muy complicado, porque hay personas que no tienen conciencia de su situación, no aceptan la enfermedad mental y no buscan ayuda. En esos casos, cuando no quieren, es más difícil llegar y poder ayudarles.
«El estigma está muy enquistado en la sociedad, incluso en las familias»
Mar Piñeiro tiene dos hijos con problemas de salud mental. «Hay que ser optimistas. Para nuestro colectivo es difícil salir adelante, se precisa más coordinación sociosanitaria», afirma.
-¿Qué coordinación?
-Las personas con problemas de salud mental que no trabajan necesitan recursos de la Administración, y que se les valore mejor tanto para la discapacidad como para la dependencia.
-¿Tienen problemas en eso?
-Hay usuarias en Fonte da Virxe a quienes les valoraron de dependencia en el 2009 y les respondieron aún el año pasado y sin los recursos que necesitan. O les comunicaron que si pedían plaza para una residencia debían esperar hasta 5 o 6 años.
-¿Necesitan residencias?
-A veces sí, incluso para atender a nuestros usuarios en momentos puntuales de enfermedad de un familiar. El 90 % de quienes cuidan a personas con enfermedad mental son familiares, sobre todo la madre, que incluso dejan el trabajo, como me ocurrió a mí. Es difícil contratar cuidadores externos, por lo que el desgaste familiar es enorme. Tratamos que estén estables y hay pocos ingresos por descompensaciones, pero a veces ocurren, como con quienes padecen crisis diabéticas, y de otras enfermedades; y cuando ingresan en el hospital les tienen internados el mínimo tiempo posible, muchas veces menos del que necesitan.
-¿Perciben estigma?
-El estigma está muy enquistado en la sociedad, incluso en las familias del colectivo. Por eso tenemos que hacernos más visibles, para que se les vea con normalidad. En el barrio de San Pedro nuestros usuarios son consumidores y se relacionan sin problema con el vecindario, inspiran mucha ternura; como cuando exponen en la Fundación Granell, o participan en algunas ferias, o en actividades de ocio y otros eventos.