Santiago sigue sin policías para el turno de noche y perderá otros 10

Xurxo Melchor
xurxo melchor SANTIAGO / LA VOZ

AMES

XOAN A. SOLER

La nueva jubilación anticipada que aprobará el Gobierno lastrará aún más al cuerpo

10 dic 2018 . Actualizado a las 01:40 h.

Cada noche es un drama en la comisaría de la Policía Local de Santiago. El conflicto laboral que sacude al cuerpo municipal hace que los agentes se nieguen a hacer horas extra, lo que supone que no hay manos para montar las patrullas nocturnas. Los inspectores se están integrando en los turnos para poder montar, al menos, un grupo que mantenga el servicio, pero es una dotación absolutamente insuficiente para la ciudad. Antes del conflicto, los días de mayor trabajo -jueves, viernes y sábados- se desplegaban entre cuatro y cinco patrullas, a veces incluso seis, mientras que el resto de jornadas había entre dos y tres.

Esa situación límite que sufre la Policía Local compostelana desde hace ya seis meses tiene pocos visos de solucionarse. Los trabajadores rechazaron el último acuerdo que les propuso el gobierno local de Compostela Aberta (CA) y en el horizonte aparecen más nubarrones. El último, la inminente aprobación por el Gobierno central de la nueva jubilación anticipada para los agentes municipales, que les permitirá dejar de trabajar al cumplir los 59 años de edad siempre y cuando tengan al menos 35 años y medio de servicio.

En Santiago hay diez agentes que podrán acogerse a la nueva jubilación anticipada cuando entre en vigor, algo que Madrid pretende llevar a cabo en enero. Antes del conflicto, la gran mayoría de ellos tenían pensado seguir en sus puestos, pero tal y cómo se han puesto las cosas en la Policía Local compostelana todos ellos han manifestado ahora a sus compañeros que su intención es la de marcharse en cuanto que se apruebe el decreto.

Y es que el clima interno en la Policía Local no ayuda y cunde el desánimo. «A moitos de nós dannos moita rabia e pena ver como o traballo de tantos anos, de tantas noites, desfaise, porque hoxe en día non temos medios para vixiar o cumprimento dos horarios dos pubs ou o botellón», explica un agente.

La plantilla actual es raquítica, con solo 136 agentes, muy lejos de los 175 con los que llegó a contar cuando Xosé Sánchez Bugallo (PSdeG-PSOE) estaba en la alcaldía. Desde entonces, los corsés impuestos por la crisis económica y la falta de gestión tanto del anterior gobierno del PP como del actual de CA han obligado a instaurar un modelo basado en las horas extra para poder hacer frente a los servicios normales. El retraso en el pago de cantidades adeudadas por este concepto prendió la llama de un conflicto que ahora ya no se ha apagado pese a que el ejecutivo que preside Martiño Noriega ya ha saldado esas deudas con los trabajadores y que está dispuesto a asumir buena parte de las otras reclamaciones del colectivo. «Agora xa é tarde e moitos compañeiros están enfadados co goberno local», advierte un policía.

Temor a que el conflicto laboral desemboque en bajas laborales después de Navidad

La última oferta del gobierno local a los policías locales fue rechazada hace dos semanas por los trabajadores pese a que el grupo que preside Martiño Noriega aceptaba ya la mayor parte de las reclamaciones de los sindicatos y de que hace tiempo que a los agentes no se les adeuda ninguna cantidad por horas extras. El no de los trabajadores sorprendió incluso entre algún miembro de la organización mayoritaria, el Sindicato Profesional de Policías Municipales de España (SPPME), que esperaba poder cerrar un conflicto que amenaza con enquistarse e ir a peor.

Si ahora ya es imposible contar con las patrullas nocturnas necesarias, tras las fiestas navideñas la situación podría ser aún peor, porque hay temor en el cuerpo a que los agentes pasen de negarse a hacer horas extra a coger bajas laborales en bloque, lo que haría casi imposible hacer frente a los servicios diurnos habituales.

Esta posibilidad ya fue puesta sobre la mesa, de soslayo, por algunos de los trabajadores. Es fácil que un policía pueda acceder a una baja médica si alega estrés, ya que hay que tener en cuenta que los agentes no son trabajadores comunes, sino que van armados y todo aquello que pueda afectarles psicológicamente es muy tenido en cuenta por los facultativos.

Esta situación es, exactamente, la que se está produciendo en la actualidad en Ames, donde de los 25 agentes con que cuenta la plantilla apenas hay un par de ellos disponibles. Las bajas laborales en masa han dejado al cuerpo municipal al límite y el servicio está totalmente comprometido.