El animal fue trasladado al refugio de Cambados
18 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.El refugio de Cambados ha salido, una vez más, al rescate de un animal. En este caso se trataba de un perro que, según informaron los vecinos, llevaba tres semanas atado en una finca sin comida y sin agua. No estaba en el término municipal de Cambados, «pero nos pidieron ayuda y lo recogimos», cuenta Olga Costa, responsable de esta entidad, que aprovecha para poner este caso como ejemplo. Porque aquí fue un concejal de Ames el que decidió actuar y pedir la ayuda a los cambadeses, ya que este Concello tiene un acuerdo con este refugio para atender en él a los animales abandonados en Ames mientras no concluye el proceso de licitación del servicio. «Casos como estos hay todos los días, nos llama todo el mundo. Pero hay concellos que se preocupan, como en este caso, y otros que dejan pasar», se queja. Y recuerda que, con la nueva ley, son las administraciones locales las que deben actuar en primer término.
Una vez más, relata Costa, el estado del animal era deplorable. «Suponemos que lleva encadenado toda su vida y está lleno de garrapatas», cuenta. Según los vecinos de la zona, hacía tres semanas que su dueño lo había abandonado, pues tuvo que ingresar en prisión. Y dejó al animal atado, sin agua y sin comida. «Cuando la policía recibió el aviso dijo que no podía actuar, pero la nueva ley permite entrar en propiedades privadas si el animal corres riesgo, como en este caso», explica Costa. Fue la rápida intervención del edil municipal la que permitió que, en una hora, el animal fuese retirado de esa finca. Este fue ingresado inmediatamente en la clínica del refugio de Cambados, donde está recibiendo todo tipo de atenciones. Aunque Costa no se muestra demasiado optimista sobre que consiga salir adelante. «Le estamos haciendo análisis de sangre y nos tememos lo peor», sostiene. La responsable del refugio de Cambados explica que cada día reciben decenas de llamadas por animales abandonados y que son los concellos los que ahora deben actuar. «Nosotros, como asociación, no podemos entrar y llevárnoslos», concluye.