La confitura está testada por los cocineros de los restaurantes a los que abastece Pementos Carmucha y «está gustando», según dice Manuel Ferro, quien no puede esconder la ilusión que le hace este nuevo proyecto, pensado para dar salida al excedente de pimientos en momentos de gran producción; para tener un complemento económico en los meses de otoño e invierno, cuando hay un parón en el cultivo, y también para «atender ao que me demandan», dice en alusión a la propuesta que le hacen desde los restaurantes.
Hace un año que le dio a probar la confitura a algunos cocineros, que le dieron para adelante, de modo que la elabora en un obrador de Ortoño, en el municipio de Ames, a la espera de ver si el proyecto se consolida y abrir uno en su casa de Herbón.