«Queren levantar un muíño de 220 metros de alto a 500 metros da miña casa. Vai ser imposible durmir»

f. f. REDACCIÓN / LA VOZ

A BAÑA

cedida

Un vecino de A Baña, Nely Pisco, muestra su preocupación por las consecuencias que puede acarrear el parque eólico Troitomil de Capital Energy

16 nov 2021 . Actualizado a las 13:17 h.

A Nely Pisco le quieren plantificar delante de casa, a 500 metros de la puerta, un aerogenerador de 220 metros de alto. «Vai ser imposible durmir», lamenta. Pero confía en que finalmente el proyecto de parque eólico Troitomil de Capital Energy quede en agua de borrajas. Ese y los otros cinco que la empresa tiene en cartera para los ayuntamientos coruñeses de Santa Comba, Negreira, A Baña, Val do Dubra y Outes. Para eso montó, junto con Cándido Iglesias, fundador años ha del Sindicato Labrego Galego, la asociación Fonteseca da Baña, para pelear contra lo que considera una invasión. Los parques de Troitomil, Vilartoxo y Barrosiño, tramitados ante la Xunta, ya estuvieron en exposición pública y les llovieron las alegaciones. Los de Porto Chan, Castiñeira y Silvariño, del ministerio, están ahora en esa fase.

«Estannos asoballando», proclama. Y es que si los aerogeneradores se levantan tendrá que pedir permiso a la promotora para hacer cualquier cosa en su propiedad. Será suya, pero un poco menos, amén de que perderá valor de mercado. «Non estamos en contra das renovables, pero na Baña non queremos parques, porque non hai sitio, non é viable», denuncia Pisco. El parque de Troitomil afectará, además, a 3.000 metros cuadrados de su propiedad por la ampliación de un vial.

Cándido Iglesias guía el coche que recorre, desde Val do Dubra, las zonas donde quieren levantar los parques. Su hijo lleva ahora una granja con 240 vacas que tendrá un molino a un tiro de piedra. «Isto non ten xeito, hai que facelo con sentido», considera.

La comarca que quieren ocupar con molinos es una zona agrícola y ganadera llena de pastos y de montes de eucaliptos. Allí se asienta una finca de arándanos montada por «xente nova que veu investir aquí», que estará cercada por dos grandes aerogeneradores.

Los vecinos consideran que los parques harán perder valor a las propiedades y que nadie querrá ya invertir en una zona tomada por las máquinas de viento.

Antonio Iglesias y Carmen Ramas viven en Vigo, pero se han construido una casa en Val do Dubra. A 900 metros de ella está previsto un aerogenerador. «O que máis mal nos parece é que non negocian cos veciños, dan todo por feito, chegan de farol dicindo que xa teñen non sei cantas firmas, pero non é así», explica Antonio. Pero aparte de la afección que tendrán los aerogeneradores en el territorio, los vecinos están asustados con la línea de evacuación y con los viales de acceso. El trazado de uno de ellos pasará muy cerca de un petroglifo descubierto por la propia empresa promotora durante los estudios arqueológicos y por cuatro mámoas catalogadas.