A Baña pide un paso seguro en Paredes

emilio forján A BAÑA / LA VOZ

A BAÑA

FORXAN

La vía entre Negreira y Ponte Faílde tiene más puntos negros pese a su remodelación

14 feb 2018 . Actualizado a las 05:05 h.

En septiembre del 2010 abrió al tráfico la remodelada carretera AC-444 que une Negreira y Ponte Faílde y que atraviesa el municipio de A Baña hacia Santa Comba tras una inversión de la Xunta de ocho millones de euros. El proyecto no estuvo exento de complicaciones por las protestas de los vecinos de Nantón, que reclamaron un paso subterráneo para uso de maquinaría agrícola. Sin embargo, otras zonas no vieron mejorada la seguridad de sus habitantes, más bien todo lo contrario.

El edil de Compromiso por Galicia, César Ramos, solicitó en el último pleno que el Concello encargue un plan de seguridad viaria de las diferentes carreteras de A Baña debido a la acumulación de puntos peligrosos en Ceilán, Nantón o Paredes, todos en la AC-444; o los de Barcala, Ordoeste y Corneira, en la AC-546.

Uno de estos puntos negros es el núcleo de Paredes, próximo a la capital municipal, donde los vecinos están hartos de exponerse a atropellos por la excesiva velocidad de los conductores en un peligroso tramo en pendiente entre dos curvas y en el que nadie respeta la limitación de 60 kilómetros por hora. También es peligrosa la maniobra para acceder a la aldea en coche, pues aparte de la pendiente y la proximidad de una curva, el acceso quedó convertido en una rasante sin visibilidad.

Los vecinos comentan que ya hubo varios accidentes graves, el último, en diciembre pasado. Creen que ya es hora de que la Xunta, titular de la vía, adopte medidas urgentes para evitar que cualquier día suceda una desgracia. «Deberían colocar un paso de peóns con barras redutoras de velocidade, ou incluso un semáforo para que poidamos cruzar dun lado a outro», dice Marcelino Regueiro. Otra vecina, Encarnación Mato, relata como hace pocos días bajó del bus discrecional «e mirei para cruzar, pero case me colle un coche do rápido que van», una aseveración que corrobora Silvina Rial: «Corren moito». A este problema se añade que la mayoría de vecinos son ancianos y ni los reflejos ni la habilidad les permiten apresurar el paso. Y a Isabel casi la atropellan cuando arrojaba la basura al contenedor.

«

Xa me dirás como fago

»

Lara Fernández y su hija de nueve años deben cruzar a diario la calzada. El autobús deja a la pequeña en la zona de subida hacia Santa Comba y ellos viven en la aldea que está al otro lado de la vía. Más de un susto recopila desde que la pequeña tenía tres años, y pese a trasladarle al Concello que debían adoptarse medidas, no obtuvo respuesta alguna. «Hai unha semana cruzaba e un coche xa me colleu no medio, e a señora díxome que non podía cruzar, pero xa me dirás como fago para recoller a miña filla». Incluso solicitó que el microbús que transporta a su hija al colegio de San Vicente la recogiese y dejase en la aldea, pero le respondieron que el acceso no tenía el ancho legal para que pasase el bus, «cando é un microbús, e por Paredes pasan camións sen problema algún», matiza.

Llama la atención que cuando se reformó el vial se habilitaron dos zonas de parada, perfectamente señalizadas. Sin embargo, en el margen derecho de bajada existe un espacio para una marquesina que ni Xunta ni Concello llegaron a colocar. «Aquí paran o bus escolar e o de viaxeiros cara Santiago» pero, paradójicamente, la marquesina escolar la situaron lejos de la parada, por lo que deben esperar a la intemperie o incluso dentro del coche a que llegue el bus, aún a riesgo de que la Guardia Civil les advierta de sanción por estacionar allí, tal y como relatan sucedió varias veces.