Mariano Casas: «Dibujé Santiago en guías turísticas para picheleiros, que sorprendieron»

Olalla Sánchez Pintos
Olalla Sánchez SANTIAGO

SANTIAGO

XOÁN A. SOLER

El pintor, autor de cómics y profesor de dibujo en la Escola Mestre Mateo, afincado en Compostela desde hace 25 años, es conocido por los 5 volúmenes de «Santiago para picheleiros». «Era como si los vecinos estuviesen esperando esos libros ilustrados sobre su Santiago de verdad frente al turístico; agotaron edición», explica

25 may 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

El 7 de junio la Casa das Máquinas de Santiago acogerá la Feira de autoedición Fun Fun Fun, una cita en la que Mariano Casas, pintor, autor de cómics y profesor de dibujo en la Escola Mestre Mateo, expondrá tanto su última obra, Esto lo hace mi hijo de seis años, en la que desmonta con humor muchos de los estereotipos que rodean al arte, como los cinco volúmenes de Santiago para picheleiros, las guías por las que muchos le conocen en la que, desde hace 25 años, es su ciudad de adopción. «Dibujar es una manera de observación profunda; te refuerza la mirada. Al pararte y pintar tu ciudad, la redescubres y aprecias la belleza que tiene no solo la zona vieja... A los alumnos siempre les animo a hacerlo», repasa.

Nacido en Madrid, llegó de niño a Pontevedra, donde estudió Belas Artes y trabajó como diseñador gráfico, creativo publicitario y escaparatista. «Me apasionaba todo lo artístico», evoca sonriendo. «Aún sin saber si me gustaba dar clase, oposité. Empecé dando dibujo en un FP, y ya vi que me encantaba enseñar a chavales... A continuación, en Touro, impartí dibujo durante años en la ESO. Luego, en A Estrada, fui profesor de Bachillerato de Artes. Por cercanía y al ser mi mujer de Santiago, me quedé aquí, compaginando la educación y mi carrera como creador», explica.

«Al llegar a Compostela empecé a pintarla. Unas postales de lugares como el Auditorio de Galicia, hechas con dibujos vectoriales, ya se vendieron...», agradece. «Antes había trabajado como humorista gráfico, en fanzines. En el 2006 autoedité Las historias de Mariano, un cómic con relatos reales y otros inventados. Lo prevendí, imprimiendo bonos para que aquí la gente lo comprase por anticipado. Fue una osadía, pero funcionó. Trabajo con editoriales, pero creo en la autoedición», apunta, y salta al 2008 cuando gana con Mensaxes, una historia sobre una pareja que narra sus últimas horas en lenguaje de cómic, el Premio Castelao de Banda Deseñada. «Para mí fue un espaldarazo», continúa.

Mariano Casas pinta en su estudio de O Romaño, que una vez al trimestre abre a los vecinos para que conozca su trabajo: «Veo que la edad de los que acuden rejuveneció... Creo que a eso ayudó que el músico Ortiga, con muchos seguidores en su ciudad, me pidiese ilustrar un disco», .
Mariano Casas pinta en su estudio de O Romaño, que una vez al trimestre abre a los vecinos para que conozca su trabajo: «Veo que la edad de los que acuden rejuveneció... Creo que a eso ayudó que el músico Ortiga, con muchos seguidores en su ciudad, me pidiese ilustrar un disco», . XOAN A. SOLER

«Cuando viajo, dibujo también los sitios. Estando un mes en Roma, retraté a diario el Trastévere, con las dos caras de la ciudad, una marcada por el turismo. Eso lo hilé en un libro... A la vuelta, y teniendo publicados en redes muchos dibujos de Santiago, la gente me planteó hacer lo mismo de la ciudad. Arrancó así en el 2019 Santiago para picheleiros, inicialmente, cuadernos de dibujos, pero que terminaron siendo guías turísticas de orgullo y reivindicación local, en una parodia de las guías clásicas, que creo que impactaron por varias razones, como un estilo gráfico diferente [dibuja imágenes figurativas con la herramienta de grafía parallel pen] y su discurso. Con humor, se invita a la reflexión», enlaza. «En el prólogo del primero contrapuse que "o picheleiro sobrevive entre tendas de recordos que non recorda que foran os seus recordos" aludiendo a otros que sí lo fueron, como los bocadillos del bar Coruña...», señala. «En pocos días agoté edición. Era como si los vecinos estuviesen esperando esos libros ilustrados sobre su Santiago de verdad, frente al turístico», detalla, y aclara que tanto los volúmenes, como sus ilustraciones, se venden en la tienda Merlín e Familia. «Dibujé lugares con connotaciones para mí, como las galerías Zafiro, donde viví, con el videoclub 1990, o un parque infantil de Vite, al que llevaba a mis hijos. También otros que, al remirar la ciudad, yo descubrí, como, en ese mismo barrio, el Ponte Mantible, del siglo XII, o, en la rúa da Moeda Vella, la placa de dos mujeres que vivieron como pareja en la Edad Media. Vecinos de O Romaño, donde tengo el estudio, me dicen que descubrieron detalles de sus calles. De otros rincones, al pintarlos, me cambió la perspectiva, como de Área Central o el Hospital Xeral», prosigue.

«En el 2019 publiqué IES, We Can, un cómic sobre la vida en un instituto en el que, con humor, quise mostrar los problemas reales de la educación, como las ratios... Yo estoy feliz dando dibujo artístico en la Escola Mestre Mateo, pero siempre añoras, aunque agoten, a los alumnos de la ESO», remarca riendo.

¿Queda ciudad por dibujar? «Siempre hay lugares nuevos, que no salen en ningún lado. Otros ya dibujados, cambian, como la estación. También pensé en dibujar el Santiago que ya desapareció, como el del edificio Castromil...», avanza.