El bosque del Obradoiro, con noria de madera incluida, hace las delicias de los más pequeños
30 nov 2024 . Actualizado a las 18:39 h.La Navidad arrancó este viernes en Compostela al ritmo de las gaitas y las voces de Cantigas y Agarimos y Brincadeira. Ambas agrupaciones guiaron, detrás de sendas estrellas luminosas de ocho puntas —el emblema del Nadal bajo el mandato de Goretti Sanmartín—, los dos paseos que partieron de Carreira do Conde y Porta do Camiño para confluir en la Praza do Obradoiro, donde los esperaba numeroso público para asistir al encendido de la iluminación. Público de todas las edades y en una concentración tal que ya quisiera el mejor de los pregones del Apóstolo.
El tiempo seco y la temperatura invitaron a salir a la calle, pero también el espectáculo que sirvió de preámbulo al encendido y las ganas de compartir el chocolate con churros al que convidó el Concello. Para más de cuatrocientas personas daban las ollas dispuestas en el soportal de Raxoi, para servirlo bien calentito después de que la soprano Esperanza Mara entonase el Noche de paz y el Adeste fidelis y la compañía Pablo Méndez sorprendiese con las cuatro níveas figuras femeninas elevadas sobre seis metros de altura que acabarían bamboleándose. El paseo por la plaza de una figura luminosa gigante animada completó el espectáculo, aunque, los más pequeños, con lo que más se quedaron fue con el bosque navideño que rodea al árbol de leds de más de veinte metros de alto.
Bastante más grande que el del año pasado, el bosque se ha convertido en todo un atractivo en el que poder subir montículos, esconderse en pequeños túneles e incluso pasar por un pequeño puente colgante de madera. Al fondo, una pequeña noria de madera para doce niños hizo también las delicias de los principales protagonistas de la jornada. A ellos dedicó especialmente la alcaldesa el discurso con el que dio la bienvenida a la Navidad. Acompañada de los portavoces de los demás grupos políticos -Borja Verea (PP), Gonzalo Muíños (PSOE) y María Rozas (CA)-, Goretti Sanmartín animó a todo el mundo, «tamén ás de 90», a «sacar o neno e nena que levamos dentro», a «situarse na fantasía, na ilusión, na imaxinación e a buscar ese tempo de estar coa familia e os amigos». Teo también encendió esta tarde su iluminación con chocolatada incluida.