El día en que Rihanna subió a su limusina a una estudiante de Diseño de Moda de Compostela

Patricia Calveiro Iglesias
Patricia Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Sara Rodríguez abrazada a Rihanna en su limusina a finales de febrero. Las fotos de la estudiante de la Mestre Mateo y los otros tres chicos italianos junto a la cantante en Milán se hicieron virales cuando uno de ellos las subió a redes sociales «y fue un poco agobiante ver mi imagen en medios de comunicación de todo el mundo, hasta de Brasil», confiesa.
Sara Rodríguez abrazada a Rihanna en su limusina a finales de febrero. Las fotos de la estudiante de la Mestre Mateo y los otros tres chicos italianos junto a la cantante en Milán se hicieron virales cuando uno de ellos las subió a redes sociales «y fue un poco agobiante ver mi imagen en medios de comunicación de todo el mundo, hasta de Brasil», confiesa. CEDIDA

Sara Rodríguez es fan de la cantante, a la que conoció en Milán

30 nov 2024 . Actualizado a las 11:18 h.

Entrados ya en la recta final del 2024, a muchos les da por hacer balance del año, pero pocos podremos decir que fue tan especial que «ya me puedo morir tranquila». Así de contundente es Sara Rodríguez Cancela, una joven que pasó su infancia en O Milladoiro (Ames), vive actualmente en Rois y se considera compostelana, porque en la capital gallega fue al colegio, al instituto y se graduó en Diseño de Moda este verano.

A sus 23 años, recién cumplidos, habla con la vehemencia y pasión propios de su edad. Alumna de la EASD Mestre Mateo, cuenta que en el último curso de la carrera realizó un Erasmus que le ha marcado profundamente e hizo posible que cumpliera un sueño que ni siquiera se planteaba. «Yo soy muy familiar. Era la primera vez que me iba fuera de casa. Encima, a otro país, con un idioma distinto... La primera semana lo pasé mal, pero al final fue la experiencia de mi vida. Se lo recomiendo a cualquier persona», afirma. Sara no solo salió de su zona de confort estudiando en la Accademia di belle arti di Brera (por la que han pasado otros diseñadores conocidos de Santiago, como Brais Albor), sino que justo antes de regresar a Galicia se celebró allí la famosa Semana de la Moda de Milán y pudo vivir en persona todo lo que rodea a los desfiles de alta costura.

«Es un evento al que cualquier estudiante de Moda querría ir. Yo no pude entrar a los shows, pero fui a las salidas de los desfiles para ver el ambiente y los conjuntos que llevaban los asistentes, el street style... Sabía, además, que habían invitado a Rihanna. Yo siempre fui muy, muy, fan de ella, desde muy pequeñita. Estuve bicheando como una loquilla dónde estaba alojada... algo que no haría por ninguna otra persona, y se alinearon los astros en mi último día en Milán para poder conocerla», relata con voz entusiasmada.

«Tuve una corazonada cuando estaba viendo el panorama que hay en torno a la Fashion Week y, a las siete de la tarde, me planté delante del Armani Hotel. Había gente allí esperando a los actores de Juego de Tronos y otros famosos. Vi una furgoneta un poco sospechosa delante del hotel y me dije: ‘¡Hay que confiar!'. Llovía un montón y hacía frío, más cuando fue cayendo la noche. Me refugié junto a una puerta un poco escondida del hotel. Allí conocí a otros tres chicos italianos. A las dos de la mañana pegaron la furgoneta a esa puerta. ‘Aquí pasan cosas', pensamos. Nos quedamos allí, en silencio, y entró en ella Rihanna, tapada con paraguas. La furgoneta arrancó y, al segundo, se detuvo. Yo sospecho que el guardia de seguridad, que nos había visto allí durante horas y sabía que éramos gente tranquila, le habló de nosotros. Fui la primera en entrar en la limusina. Recuerdo que ella fue muy cercana y cariñosa, incluso nos dijo que tuviésemos cuidado al volver a casa por las horas que eran, pero me quedé en blanco y sé de qué hablamos porque tengo los vídeos que hicieron los chicos. No veía viable conocer a Rihanna, menos piel con piel, pero vi cumplido un sueño ese día. Toqué techo. No hay nada más superable que eso», dice Sara, quien ya presentó su TFG y está haciendo las prácticas de fin de carrera en una empresa de calzado vegano de Pontevedra (Beflamboyant).

«Este año fue bastante estresante, con el proyecto de fin de grado, y suelo ser una persona bastante pesimista, pero cuando tengo un mal día miro la foto con Rihanna y soy feliz», afirma Sara, quien admira el estilismo de la artista de Barbados y le encantaría —por seguir soñando— hacerle un diseño para un concierto suyo. «Ella tiene un estilo muy personal, inigualable, y un estilista que es la leche», añade una joven que todavía no tiene claro a qué quiere dedicarse dentro del mundo de la moda, aunque tampoco se cierra puertas. Eso sí, «me encantaría quedarme en Galicia a trabajar. Si tuviese que irme por una temporada, iría encantada, pero pienso que no hay ningún sitio como este por la calidad de vida que tenemos», defiende.   

En unos meses, en febrero (un mes mágico para Sara), presentará su trabajo de fin de grado en el ya tradicional desfile anual de Despunte que organiza la Mestre Mateo para mostrar el talento de los alumnos que formó y entran en el mercado laboral. Su propuesta se titula Ruliña y se inspira en los recuerdos de su infancia para plasmarlos en la moda: «En todos los diseños hay fotos de pequeña, de la casa donde me crie, con mi familia...».