El Obradoiro recibe a un Tizona que juega con el acelerador a fondo

Manuel García Reigosa
M. G. Reigosa SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

XOAN A. SOLER

Gonzalo Rodríguez subraya que el conjunto burgalés anota más de la mitad de sus puntos «en los primeros doce segundos de la posesión»

08 nov 2024 . Actualizado a las 20:08 h.

El Monbus Obradoiro se reencuentra con Sar esta tarde a las 18.30 horas después de dos desplazamientos consecutivos saldados con victoria, ante el Valladolid y el Gipuzkoa Basket. Recibe al Tizona de Burgos, con el que comparte balance de tres encuentros ganados y tres perdidos. Llega el equipo que más puntos anota, pero también el que más recibe. Solo una vez se ha quedado por debajo del umbral de los 90, en el estreno en casa frente al Palencia: 85-91. Y viene tras caer en la prórroga contra el Castellón, 105-107.

Los guarismos son fiel reflejo del tipo de baloncesto que despliega el colectivo de Salva Camps, con el acelerador siempre a fondo. Gonzalo Rodríguez lo resume en tres trazos: «Es un equipo que mete el 65% de sus puntos en los doce primeros segundos de posición. Corren, son muy agresivos, presionan, rebotean. Son un equipo que tiene un nivel de intensidad muy alto y que imponen un ritmo muy alto».

Una de las consignas básicas para el Obradoiro en el planteamiento del partido pasa por intentar que el rival no pueda jugar a su ritmo, «que no anoten tantos puntos en transición porque es lo que mejor hacen», subraya el técnico santiagués.

Para eso, como siempre, será muy importante la batalla del rebote. No obstante, el entrenador advierte de que también es un equipo que pone muy rápido el balón en juego, tanto en los saques de fondo como en los laterales. Arman el contraataque casi desde la nada y penalizan mucho las desatenciones defensivas en el balance.

Gonzalo Rodríguez confía en que el Obradoiro siga progresando y elevando su rendimiento a partir de una buena lectura del juego: «A medida que avanzan las semanas estamos más conjuntados, los jugadores se conocen más, sabemos qué situaciones son buenas para el equipo y las jugamos más que otras que no eran, a lo mejor, tan buenas para este momento. Individualmente los jugadores también van cogiendo el ritmo de la competición. Al conocernos mejor sabemos a qué situaciones podemos acudir en determinadas posesiones que son importantes, tanto en ataque como en defensa, qué defensas son las que mejor hacemos en cada momento y las ponemos en práctica, y en ataque lo mismo».

La defensa siempre es clave. Por ahí se le escapó el partido de la primera jornada ante el Estudiantes, después de dejarlo en 31 puntos al descanso y encajar más de 50 tras la reanudación. Y por ahí, en sentido inverso, acabó controlando el choque del sábado frente al Gipuzkoa. En el Amenábar Arena pasó de hacer agua en el segundo cuarto atrás a operar un giro de 180 grados.

Gonzalo Rodríguez subraya que no cambió el guion, pero sí la interpretación: «A veces es un tema de que llegar a una defensa un poco tarde implica que los jugadores no estén en la correcta posición para ayudarnos, y tienen que ayudar. Elegir una defensa u otra no en el momento adecuado implica que haya desajustes. Hay desajustes, porque también estamos aprendiendo». El sábado se corrigieron a tiempo.