De orfebre a comercial y, ahora, fotógrafo premiado: el triple tirabuzón laboral de Roberto Ouro
SANTIAGO
El santiagués, que siempre ha vivido en el barrio de Conxo, acaba de recibir el galardón de Luces de Granada y es finalista de los Lux
06 nov 2024 . Actualizado a las 05:00 h.La vida da muchas vueltas. ¡Que se lo cuenten a Roberto Ouro Tubio (así, sin acento)! Este santiagués de 43 años, que creció y sigue residiendo en el barrio de Conxo, se ha dedicado a trabajos muy distintos hasta acabar en lo que siempre le ha gustado, la fotografía. En realidad, ya apuntaba maneras de niño. «Siendo sincero, desde pequeñito ya quería ser fotógrafo. Mis padres tenían en casa dos cámaras analógicas, una vieja que no funcionaba y otra nueva, automática. Cuando veía que la dejaban encima de la mesa del comedor, en una estantería, o a mi vista, corría a por ella y me iba a la calle a sacar fotos: de una flor, un árbol, la lluvia... de todo aquello que me gustaba o llamaba la atención. La primera vez que lo hice, mi hermano era aún un bebé, porque le llevo 5 años; y, en el momento en que mis padres fueron a revelar las fotos y vieron todo aquello, supieron que yo era el culpable», relata.
Esto se convirtió en una costumbre que se mantuvo en el tiempo, en distintos escenarios: se agenciaba la cámara que había en casa de su abuelo materno en Rianxo, en la de sus tíos... «Y, cuando me escondían la cámara para que no gastara los carretes, no paraba de dibujar», indica Roberto. Sin embargo, no se planteó que la fotografía podía ser su profesión hasta hace menos de 10 años. «Empecé a trabajar desde muy joven, de orfebre, con uno de mis tíos paternos», relata. Con uno de sus primeros sueldos se compró (a los 19) una cámara propia, una Cosina C3 que aún conserva hoy. «Luego, fui comercial durante varios años, pero nunca solté la cámara. Empecé a documentar y retratar mis viajes, mis escapadas al monte, los eventos familiares y todos los momentos especiales. Hacía bodyboard y me llevaba la cámara para hacer fotos en el mar: de las olas, los otros surfistas...», continúa el santiagués.
Aprovechando su afición y buen ojo, se convirtió en el fotógrafo oficial de la familia y de su círculo de amistades para inmortalizar las grandes ocasiones (cumpleaños, bautizos, la visita de su tía de Estados Unidos...). «Esa bola fue creciendo y empezaron a llamarme amigos de mis amigos. Fue entonces, a mis 34 años, cuando decidí dedicarme profesionalmente a esto, porque era lo que siempre había querido hacer». Así es como completó Roberto su triple tirabuzón laboral, cayendo en el mismo lugar donde habría querido aquel niño de 6 años.
No solo se ha dedicado al reportaje social, también hace foto comercial y son suyas las portadas de varios libros publicados por Europa e incluso Norteamérica. Aunque este 2024 ha sido especial para él, reconoce, pues han llegado los reconocimientos a su trabajo: «A comienzos de año estuve nominado en los premios Fepfi. En el mes pasado, ganó el Luces de Granada por su enfoque personal con una imagen tomada en la Rapa das Bestas (A Estrada). Y está nominado en uno de los certámenes más prestigiosos a nivel nacional, los LUX, que celebra mañana en Barcelona su entrega de premios. En este caso, la obra con la que es finalista se encuadra en la categoría de Paisaje y naturaleza, «que es una de mis disciplinas favoritas», señala el autor. Concretamente, es una imagen tomada en los Ancares leoneses, donde aparece una cabra montesa en medio de las montañas.
Cuenta Roberto que hubo una evolución en su trabajo tras unirse a la Asociación de Fotógrafos Profesionais de Galicia (Asfogal), «viendo trabajos de mis compañeros y también de otros artistas internacionales». Eso le sirvió de inspiración para tocar otros palos y experimentar con su inseparable cámara. Por parte de Asfogal, se reconocía en los últimos días el mérito del santiagués tras sus últimos galardones y nominaciones. Para ella, la victoria en la décima edición del Premio Internacional de la Imagen Luces de Granada, es «un logro que reafirma su trayectoria y calidad fotográfica». Aunque en aquella ocasión, él no pudo acudir en persona a recoger la distinción y tuvo que mandar en su lugar a un representante, sí estará presente en la gala de Barcelona, hacia donde tiene previsto viajar hoy. «No me lo podía perder. Estoy supernervioso, porque todo esto es nuevo para mí», comenta con humildad.
Cabe recordar que en la entrega de premios del certamen granadino, celebrada el 27 de octubre de 2024, fueron premiados 10 profesionales cuyas obras fueron valoradas como las mejores en sus respectivas categorías. Esta edición, organizada por AGRAFI, destacó por la calidad de las más de 300 obras participantes y contó con la presencia de profesionales nacionales e internacionales. La exposición de las 89 obras nominadas y premiadas (entre ellas, la del compostelano) se mantendrá abierta en distintos espacios de Granada para el disfrute del público y amantes del arte fotográfico.