Familias enteras acudieron a Boisaca, Conxo y los camposantos parroquiales
01 nov 2024 . Actualizado a las 20:28 h.Pocas son las familias que aún no acudieron a los cementerios de Santiago para rendir homenaje a sus seres queridos. Si en las jornadas previas al Día de Todos los Santos los camposantos de Boisaca y el parroquial de Conxo se llenaron de personas que acudieron para adecentar las tumbas de sus allegados, ayer ambos cementerios siguieron recibiendo a familias completas para mostrar respeto y, sobre todo, dedicar unos minutos de reflexión y recuerdo ante las tumbas en las que aquellos reposan. El de este viernes, como será el del este sábado, son días para recordar a quienes ya no están físicamente, pero que permanecen vivos en la memoria y en el recuerdo.
Por Boisaca este viernes pasaron grupos familiares de todas las edades, incluidos bastantes niños. Ante la sepultura de una mujer, fallecida a los 59 años en el 2022, llamaba la atención la presencia silenciosa de un hombre, de unos 60 años, que depositó un ramo de rosas y que permaneció en silencio durante un buen rato. No muy lejos de allí, otra joven buscaba sitio, entre otros arreglos florales, para dejar unas margaritas en la sepultura en la que reposan tres fallecidos entre los años 1996 y 2000. Una mujer estaba ayer terminando de arreglar y decorar con flores la sepultura de su familia, justo al lado de la que acoge los restos mortales de las dos Marías más famosas de Santiago, Coralia y Maruxa, sobre la que había un pequeño ramo. De todas las sepulturas de Boisaca, destaca especialmente la de Miguel y Mari, fallecidos con solo tres días de diferencia en el 2021, y en la que la figura de los dos agarrados del brazo y sonrientes, sin duda, servirá a sus familias para recordarles tal cual eran en vida.
Muy pocas son las sepulturas y nichos del cementerio municipal que no tienen ningún ramo de flores, en los que destacan en número las margaritas y los crisantemos, pero en los que no faltan tampoco las rosas rojas, los claveles y no pocos lirios.
Si Boisaca relucía de colores, el cementerio parroquial de Conxo también muestra sus mejores galas. Incluso en las sepulturas y nichos más antiguos no faltan flores estos días. Por su tamaño es fácil localizar sepulturas muy antiguas, incluso con entierros anteriores a la Guerra Civil, que comparten espacio con otros sepelios más actuales, muchos de ellos entre los años 2020 y 2021 de la pandemia.
Una mujer de unos 70 años sustituía las flores artificiales, que mantiene en la tumba de sus padres todo el año, por dos grandes centros florales con los que les honra. Otra mujer, en la parte alta del cementerio, permaneció ayer, durante un largo rato, ante la sepultura de un familiar fallecido recientemente a juzgar por las coronas que aún estaban frescas. En Conxo, las familias con nichos o sepulturas en propiedad contribuyen con sus aportaciones anuales al mantenimiento del camposanto, y coincidiendo con Todos los Santos y Difuntos se aprovecha para recaudar la cuota anual de 8 euros.
En otros camposantos parroquiales del ámbito rural de Santiago también se registraron en la festividad de Todos los Santos —hoy, día de Difuntos, volverá a ser así— una afluencia inusual de visitantes, que tras dedicar las jornadas previas a la limpieza y adecuación de sepulturas y nichos, ahora dedican estos dos días a dejar arreglos florales para obsequiar a sus familiares fallecidos.