La lección de dos economistas santiagueses: «Lo tengas o no, hay que distanciarse del dinero para vivir en paz»

Juan María Capeáns Garrido
juan capeáns SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

CEDIDA

Benjamín López y Antonio Meijome estrenan un curso en la parroquia de San Fernando para mejorar las finanzas personales sin conflictos espirituales

20 oct 2024 . Actualizado a las 15:05 h.

Benjamín López y Antonio Meijome tienen una larga relación con la economía y la docencia. El primero es profesor de esta disciplina en Peleteiro, y el segundo es educador financiero bregado en explicar y diseñar planes para personas y familias que necesitan tomar conciencia del dinero, los ingresos, los gastos o el ahorro.

Este curso le han dado una vuelta de tuerca a sus formaciones y han llevado sus conocimientos al entorno de la Iglesia y de la fe, donde todo lo que tiene que ver con la pobreza y la riqueza ha sido una histórica fuente de controversia. En concreto, fue la parroquia de San Fernando la que entendió que contar con estos dos profesionales era una oportunidad para ayudar a personas interesadas que en septiembre y octubre se están acercando cada viernes a través de siete sesiones acertadamente tituladas En paz con el dinero.

«Siempre me ha llamado la atención cómo nos transforma el dinero, normalmente para mal», señala López, quien recuerda que este elemento «necesario» en nuestras vidas suele «levantar ampollas» cuando se relaciona con la Iglesia. Por eso «quería desmitificarlo» y ayudar a gestionar los recursos económicos en coherencia con el Evangelio. Una de las primeras ideas que se plantean en el curso es saber que «tener dinero o no tenerlo no es ni bueno ni malo», y que es posible darle un uso sin conflictos espirituales para vivir con más tranquilidad.

Perfiles muy variados

Por las sesiones se han interesado una veintena de personas en las que hay perfiles de todo tipo. Desde un grupo de niños menores hasta una farmacéutica, pasando por asistentas del hogar que ayudan a mayores en la ciudad. «Los hay que tienen dinero y los hay que no, pero en todos los casos intentamos que la gente aprenda a distanciarse de él, de preocuparse solo de su buen uso y así vivir en paz y sin angustias. Cuando lo focalizas todo en el dinero es cuando aparecen el estrés y las preocupaciones», explica.

A partir de ese primer paso también enseñan cuestiones menos ideales y más pegadas a lo práctico, como abordar un presupuesto personal, los ingresos, la previsión de gastos, la prevención de estafas o la gestión del patrimonio cuando uno va a requerir cuidados de asistencia.

López, un firme y activo creyente, aclara que este curso no tiene nada que ver con «teorías de la abundancia o la teología de la prosperidad» que fomentan otras corrientes espirituales, aunque por el entorno parroquial en el que se ofrecen sí quieren darle un enfoque cristiano, aunque la idea de ambos economistas es «escalar» esta experiencia y llevarla a más parroquias o a centros sociales.

Siete sesiones con lágrimas y parábolas como hilo conductor

«¿Os sentís más en paz con el dinero?». La pregunta la lanzó Benjamín López al inicio de la segunda sesión del curso. Todos escucharon las respuestas de los asistentes y empezaron a aflorar emociones y algunas lágrimas, producto de esas angustias que genera una relación mal llevada con el peculio.

Aunque a este curso experimental se han sumado creyentes y no creyentes, el hilo conductor de cada sesión es una parábola del Evangelio, con clásicos como la del hijo pródigo, la de los trabajadores de la viña, la expulsión de los mercaderes del templo o la de los talentos, que anoche, en la tercera sesión, sirvió para reflexionar sobre la conveniencia de aprovechar las oportunidades de la vida y las habilidades de cada uno.

En las primeras sesiones también están planteándose situaciones cotidianas relacionadas con el dinero que llevan a sus protagonistas a vivir con dilemas interiores. López sostiene que el dinero es un «amplificador» de lo bueno y de lo malo de las personas, y que, en casos críticos, como puede ser el reparto de una herencia entre hermanos, solo se proyecta lo que ya estaba latente. Habrá pelea si existía una mala relación previa, y al contrario, augura.

Y abordan otras cuestiones como la gestión de las pagas, que interesan a menores pero también a sus padres. López las define como una «buena enseñanza» para que los más pequeños tengan un primer contacto con las finanzas «y que aprendan que el dinero no es mágico».