Afectada por una enfermedad degenerativa: «Para mí no es factible utilizar el transporte público»

Montse García Iglesias
Montse García SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

PACO RODRÍGUEZ

El Valedor insiste al Concello de Santiago que agilice el contrato de transporte para que todos los buses sean adaptados

20 ago 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

La Valedora do Pobo requirió por segunda vez al Concello de Santiago que agilice el nuevo contrato del servicio de transporte urbano de viajeros. La solicitud llegó tras recibir más quejas por las dificultades para usarlo por personas con problemas de movilidad, especialmente, aquellas con silla de ruedas. Hace un año dos personas -una en silla de ruedas eléctrica- le trasladaban sus dificultades para tomar el autobús al aeropuerto al no bajar el conductor la rampa de acceso. Es por ello que recomendó que se agilizasen los trámites, «de tal maneira que o contrato se formalice o máis axiña posible, e que nel se garanta que todo o material conte con ramplas automáticas que permitan o acceso con plena autonomía». Y es que, tal y como recordaban recientemente desde Cogami, «non acaba de resolverse que os autobuses de Santiago estean adaptados», afirmaba Álvaro Bustelo, uno de sus directivos. «O que non se pode é discriminar e deixar sen transporte á xente», insistía, dejando claro que no se puede depender de la buena voluntad del conductor para que las personas con problemas de movilidad utilicen el transporte. Apuntó que, si bien se tramitó el «bonotaxi», este no es la solución total al problema. Esta ayuda, hay que recordar solo pueden optar los compostelanos que cumplan una serie de condiciones.

Precisamente, una de las usuarias del servicio de Acem —colectivo ligado a Cogami—, Mari Carmen Bures, que reside en Bertamiráns y tiene problemas de movilidad, ya ha descartado viajar en transporte urbano hasta las instalaciones del centro en la zona de Meixonfrío, en Santiago, para asistir a los distintos servicios que le prestan. «La última vez que fui llegué deshecha [...] Tengo una enfermedad degenerativa y no es factible, no podemos utilizar el transporte público. No están pendientes de que te sientes, te agarres ni de que haya sitio. La última vez en un bus público casi me tira nada más arrancar. Además, a mí me es imposible ir desde Bertamiráns, porque una vez en Santiago aún tendría que coger dos buses más», relata.

Estas dificultades para desplazarse le impiden realizar todas las actividades que le gustaría en Acem y que le mejoran su calidad de vida. «Aunque vaya a otro fisioterapeuta, no es lo mismo que el de allí, que está especializado». Explica que en muchas ocasiones utiliza el transporte para personas con problemas de movilidad que tiene el Concello de Ames, pero la limitación son tres servicios a la semana. «Lo entiendo, no dan para más», apunta esta vecina de 64 años. La mejor alternativa para desplazarse es el taxi. «Pero es imposible pagarlo. Desde Bertamiráns a Acem me cuesta 24,50 euros el trayecto, y al hospital, 14-15 euros», detalla para luego añadir que «no nos damos cuenta de las barreras que hay». Mari Carmen Bures recuerda que «era una persona muy independiente y activa, pero dentro de un año no sé si podré salir de casa». Ella trabajó en Correos, primero como repartidora en moto y después en la oficina. «Caminaba mucho, pero eso se acabó», indica. La jubilaron pasados los 40 años y le diagnosticaron la enfermedad degenerativa a los 55 años, que cada vez limita más sus movimientos. Además, el cambiarse a vivir a Santiago lo ve complicado debido al precio de los alquileres.