El orbital completa desde este jueves la conexión de la AP-9 en Santiago con la autovía de Lugo

r. m. SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

PACO RODRÍGUEZ

Enlazará también el polígono de A Sionlla con las vías de alta capacidad y el aeropuerto

26 jun 2024 . Actualizado a las 21:24 h.

Aunque con un retraso de prácticamente un año —de mucho más si se contabilizan las aspiraciones y demandas de la ciudad—, el orbital comenzará a funcionar esta mañana. Su puesta en funcionamiento está anunciada para el mediodía. De hecho, el pleno municipal ordinario de este mes se interrumpirá poco antes para que las autoridades locales puedan acompañar en el acto de apertura al secretario de Estado de Transportes y Movilidad Sostenible, José Antonio Santano, y al delegado del Gobierno en Galicia, Pedro Blanco.

La ocasión lo merece. No en vano, supone la puesta en marcha de la infraestructura más esperada ahora mismo en la ciudad, especialmente por los agentes económicos, por las posibilidades de movilidad que abrirá entre los polígonos empresariales de Costa Vella y A Sionlla con la autopista y la autovía de Lugo, así como con el aeropuerto. El orbital, un tramo de autovía de apenas un kilómetro, supondrá un paso trascendental en las comunicaciones por carretera de la ciudad: conectará directamente la AP-9 con la autovía Santiago-Lugo (A-54) en la zona norte, y, a través de ella, la autopista con la terminal Rosalía de Castro en Lavacolla.

Ahora mismo, el enlace de la autopista con la ciudad en esa zona se hace por San Lázaro, mientras que la autovía arranca en la rotonda más próxima al área de A Sionlla, en la zona de Amio. El orbital une ambas vías a través de un trazado que conecta el punto kilométrico 64,5 dela autopista y el 91 de la autovía, lo que comunica también directamente la AP-9 con el aeropuerto. Los usuarios de la autopista con destino a Lavacolla conectan directamente con la A-54. Hasta ahora no ocurría lo mismo en el sentido inverso, ya que en dirección Lavacolla-Santiago los conductores debían incorporarse al periférico (SC-20) y tomar la AP-9 en la rotonda de San Lázaro. Pero, el orbital supondrá un gran respiro también para el área empresarial de A Sionlla, adonde llegará el nuevo vial. Conectará con él en su zona norte, abriendo una nueva vía de entrada y salida del recinto empresarial, que cuenta con unos accesos en el sur muy saturados buena parte del día a través del periférico.

La conexión entre la autovía AP-9 y la autovía de Lugo arrancará en una glorieta superior sobre el tronco de la AP-9, que contará con cuatro ramales. El orbital tendrá sección de autovía (dos carriles por sentido con mediana) hasta el enlace de la autovía en San Marcos. El proyecto incluye también un nuevo carril trenzado en el punto kilométrico 66 de la AP-9 entre los vehículos que se incorporen en sentido A Coruña al tronco, desde el enlace Santiago norte, con los que salen de la autopista hacia el orbital. Además de permitir la movilidad directa entre ambas vías, el orbital descongestionará tráficos en el enlace de la AP-9, un entorno especialmente complicado en horas punta.

Viaducto en la autovía a Lugo

Con una inversión final de 22,68 millones y adjudicado en agosto del 2020 con un plazo de obra de 33 meses, el orbital debería haber concluido en el verano pasado, pero, justo en julio del 2023, sufrió un parón hasta octubre al observar los técnicos que precisaba actuaciones para la mejora de taludes, drenajes y balizamientos que no se habían contemplado en el proyecto. Ello obligó a modificar aquel y a disponer 3,56 millones adicionales —lo que elevó el coste final a los 22,68 millones, aunque las expropiaciones y el propio proyecto suman otros 3,4—, antes de retomar los trabajos que ahora acaban de concluir y que desde mañana mejorarán las comunicaciones de la ciudad enlazando directamente la autopista con la autovía Santiago-Lugo.

El secretario de Estado y el delegado del Gobierno visitarán también las obras del viaducto del Pambre, en el tramo entre Palas de Rei y Melide de la autovía Santiago-Lugo. Dicho tramo será el penúltimo del trazado de 93 kilómetros entre ambas capitales y se espera que entre en funcionamiento hacia finales de año.

El empalme con la N-550 queda a expensas de la construcción del orbitaliño

El orbital resolverá la comunicación directa de los polígonos de Costa Vella y A Sionlla con la AP-9 y la A-54, pero el del Tambre seguirá descolgado. En su caso, cualquier enlace con las vías de alta capacidad tiene que hacerse a través de la N-550 (la carretera de A Coruña) o del periférico. Pero también está previsto que sus comunicaciones con ambas vías de alta capacidad mejoren en el futuro. Será con el orbitaliño, un enlace que todavía está en fase de proyección y que conectará directamente la carretera de A Coruña con el orbital.

Aunque de menor entidad, esta intervención tendrá, sin embargo, un mayor impacto en su entorno, por la afección en una zona habitada, en Formarís. Los vecinos consideran muy lesiva la glorieta semienterrada que enlazará ambos viales porque divide el núcleo en dos, complica la movilidad en la zona y aboca a expropiaciones que pueden afectar incluso a viviendas. Pero pese a sus alegaciones, en las que plantean mover esa rotonda, y las del propio Concello, el proyecto se ha mantenido sin cambios de calado.