La corporación de Santiago crea la comisión especial que decidirá el futuro de la gestión del agua
SANTIAGO
Goretti Sanmartín promete transparencia, mientras Verea le recrimina la tardanza en ponerla en marcha y Mila Castro acusa al gobierno de bloquear la iniciativa del anterior gobierno por intereses electoralistas
30 may 2024 . Actualizado a las 13:18 h.La corporación municipal compostelana aprobó esta mañana la creación de una comisión especial para valorar cuál es el mejor sistema de gestión para el ciclo del agua en Santiago. Será el tercer intento tras el vencimiento del último contrato, con su prórroga incluida, en el 2019. Desde entonces el servicio se presta con órdenes de continuidad por parte del Ayuntamiento, pero sin un soporte contractual, lo que lo mantiene en precario y con las necesidades de mejora de servicios en aumento. Así lo reconoció el propio gobierno (BNG-CA), que espera que esta, la tercera, sí sea la oportunidad definitiva para fijar el modelo «máis eficiente e sostenible» para el municipio.
El reto no es menor, según el concejal responsable del servicio, Xesús Domínguez. La infraestructura se ha ido quedando obsoleta y provoca insuficiencias en el servicio, dijo el nacionalista, «e debemos incorporar ferramentas de control cun sistema moderno que prime a eficiencia e unha xestión que reduza o impacto ambiental».
La propuesta salió adelante por unanimidad, porque todos los grupos políticos son conscientes de que la precariedad actual debe concluir. Pero esa unanimidad no evitó al gobierno la crítica desde las bancadas opositoras. Empezó la socialista Mila Castro —por el orden de intervención atribuida en el pleno— indicando que ese era el objetivo del gobierno de Sánchez Bugallo en el anterior mandato y acusó a los demás grupos de bloquear su iniciativa cuando la comisión de entonces tenía sobre la mesa un informe que avalaba como la mejor opción la concesión del servicio, después de estudiar todas las posibilidades, refirió. Pero Sanmartín y Rozas, dijo la socialista, «puxeron na balanza qué era máis importante, se solucionar as roturas e levar a rede a barrios e parroquias ou desgastar ao goberno de Bugallo: e o resultado é coñecido, e non lles saíu mal de todo, porque están aí sentadas».
Aunque no explícitamente, pero sí implícitamente, Compostela Aberta reconoció que sigue defendiendo la municipalización. Lo hizo cuando Borja Verea le achacó estar renunciando a sus principios. El popular observó que lo está haciendo en este caso cuando María Rozas dijo que este no es un debate estrictamente ideológico, que también, pero que sobre todo lo es económico. Pero también, añadió Verea, en el caso de las viviendas de uso turístico, la Casa da Xuventude y el Peleteiro, advirtiéndole que podría acabar absorbido por el BNG.
Verea cuestionó además que siendo esta una de las cuestiones pendientes «máis importantes, urxente e complexa» que tiene el Ayuntamiento, este haya tardado más de un año en tomar la iniciativa. Y reclamó total transparencia en la comisión, con acceso por igual para todos los grupos a todos los datos. No parecía muy convencido el portavoz popular sobre esa cuestión, cuando su formación tiene «todas as alertas na falta de transparencia do BNG e na perda da cultura da educación democrática», dijo al reclamar «que todos xoguemos coas mesmas cartas».
La alcaldesa, Goretti Sanmartín (BNG), garantizó que todos los grupos tendrán acceso a los mismos documentos, en una intervención en la que justificó la tardanza que le achacó el popular en la creación de esa comisión por la atención prestada a otro aspecto del ciclo del agua, la negociación de una mayor inversión estatal «que aforrou once millóns ao Concello» y la programación del inicio de las obras de la nueva depuradora.
María Rozas (CA) defendió su oposición a la iniciativa socialista en el pasado mandato afirmando que cuestionó entonces, y lo mantiene todavía, el informe que salió de aquella comisión. «Hai certo conflito de intereses cando se contrata a mesma empresa para ver o mellor modelo de xestión e ao tempo para facer os pregos para o contrato», dijo. La oposición pide celeridad en el encargo de los nuevos estudios que se puedan demandas. Iinicialmente el análisis partirá de los aportados en el 2020, en la comisión que había creado Bugallo, la segunda que se puso en marcha para decidir sobre la cuestión.La primera la promovió Martiño Noriega poco antes de la conclusión del mandato de Compostela Aberta. También pide agilidad en la valoración de dichos informes.