Los conciertos del Trad Fest llenaron toda la jornada en Santiago, que no se doblegó al calor
31 jul 2023 . Actualizado a las 01:52 h.Más de ochenta artistas de distintas nacionalidades, repartidos entre cuatro escenarios, animaron la calurosa jornada de ayer en Compostela. El Trad Fest regresó a la ciudad, en plenas fiestas, para reivindicar la universalidad de la música tradicional ante un público igual de heterogéneo.
Una de las estrellas del cartel, Xurxo Fernandes, se refirió precisamente a esa «cultura viva» en la actuación que clausuró el festival en una plaza de A Quintana entregada a la causa, incluso cuando bajaron las temperaturas al anochecer. «Nunca perdades de vista quen sodes [...], que non fagociten a vosa esencia», dijo el etnógrafo y artista coruñés que con solo 14 años emprendió un viaje por las aldeas de Galicia para conocer y rescatar ese patrimonio cultural transmitido de generación en generación que se han encargado de salvaguardar las mujeres del rural. Ahora, con Levaino!, un proyecto influenciado tanto por los sonidos populares gallegos como orientales, Fernandes puso la guinda musical a una intensa jornada llena de colores, bailes, matices, diversidad y diversión.
Justo antes que él, se presentaba ante el público de Compostela Verónica Codesal junto a Dúplex y Boris Tchango. «Son galega, pero nacín en Bruxelas e para min era moi importante facer esta primeira xira de 100 Voltas aquí, en Galicia, para saber como ía ser a acollida da miña xente», explicó una cantante que recibió aplausos, vítores y los brazos en alto durante su actuación. Recordó su paso por Eurovisión, hace 20 años, representando a Bélgica, en la que esta gallega de corazón rozó la victoria y se quedó en un dignísimo segundo puesto.
Estas dos actuaciones sirvieron los dos últimos acordes de un festival musical que comenzaba ya por la mañana en Bonaval, entre dos escenarios ubicados en el parque y un tercero en la iglesia de San Domingos. Allí se dieron cita niños y mayores, incluso con sus mascotas. La familia entera disfrutó de una docena más de actuaciones, resguardados bajo la sombra durante las horas de más calor, en las que el termómetro alcanzó los 27 grados.
En el ecuador del Trad Fest, cientos de personas se congregaron en los jardines del parque compostelano y la banda local Brúa ya consiguió hacia las seis de la tarde —cuando aún apretaba el calor— que muchos se levantasen y se pusiesen a bailar en formación frente al Palco de los Arcos.
Luego llegaron al escenario de abajo, en la Porta da Música, los sonidos de los Balcanes, de Italia, Oriente Medio y norte de África con Mastika, una formación internacional con cantante italiana e instrumentistas procedentes de Chile, Alicante y Perú. En una actuación, que como la propia vocalista dijo fue «rápida pero intensa», consiguieron finalmente la complicidad de los asistentes, que arroparon a la formación con su coros y palmas.
Sin un momento de respiro, Mondra se presentó con su traje y micro rosa en el escenario de arriba, en un espectáculo en formato trío que fue de menos a más. Su objetivo era armar una foliada y lo consiguió con creces gracias a himnos de cuño reciente pero que la gente ya conoce y corea como Aghrúuu. Bajó las pulsaciones con Alma de inverno, «o primeiro tema co que subín a un escenario», recordó al teclado. Y volvió a subirlas con Beijos de LK, que el público cantó con un artista capaz de convertir una cinta de vídeo en pandereta.
Con los músculos ya calientes, los bailadores y bailadoras se multiplicaron entre los asistentes al Trad Fest para la última de las actuaciones en el parque de Bonaval. El grupo de nuevo folk gallego De Ninghures sirvió allí el postre musical para el fin de fiesta, al que se sumaron muchos artistas conocidos que formaban parte del cartel del festival y otros tantos que no.
Quedó el listón alto para las próximas ediciones y un muy buen sabor de boca.
«O renacemento do "trad" non é unha moda pasaxeira»
Todos los músicos participantes en Compostela Trad Fest se mostraron encantados con la organización del festival y con el emplazamiento del parque y la iglesia de Bonaval. «Esto tiña que facerse todos os meses, Goretti, apunta, todos os meses. Bonaval é espectacular, o festival é marabilloso», decían al término de su actuación Atocha Ramos y Beatriz Álvarez, pandeireteiras y cantareiras de Pan.Sen.Fron, un grupo con miembros de toda Galicia y asentado en A Coruña.
Todos ellos coinciden también en que hay «un renacemento do interese pola cultura tradicional galega, que en realidade sempre houbo, pero ás veces estaba agochado; agora hai xente nova facendo cousas moi diversas e innovadoras», dicen Atocha y Beatriz. En parecidos términos habla Carlos Quintá, líder del grupo Sindicato do Folclore, quien señala que ya no solo es la música celta ni la instrumental, sino que «é o momento da palabra, é o momento das mulleres», enfatiza en referencia al papel de las mujeres en la conservación y transmisión de la tradición oral.
«Tiña que haber máis festivais coma este», dicen Xavi Agra, María Blanco y Roi Sampedro, miembros del grupo compostelano Brúa, que recuerdan el que hace años organizaba la Asociación Cultural Cidade Vella. Como sus compañeros, consideran que la eclosión trad, que en Galicia coronó Tanxugueiras —protagonizaron el concierto de cierre del Trad Fest 2020— «non é unha moda pasaxeira», pero consideran que debe fomentarse la formación de las niñas y niños.