El Clínico trata a cinco mil pacientes de epilepsia para que puedan hacer una vida normal

La Voz SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

PACO RODRÍGUEZ

La mayoría lo logra, pero los enfermos que sufren muchas crisis tienen limitaciones

26 may 2023 . Actualizado a las 19:49 h.

La epilepsia es una de las enfermedades neurológicas más frecuentes, afectando al 1 % de la población. En Galicia hay unos 27.000 pacientes según los datos del grupo de estudio de la Sociedade Galega de Neuroloxía y de ellos cinco mil se tratan en el área sanitaria de Santiago. Es una mayor proporción en relación a la población de referencia, algo que se debe al hecho de que el CHUS es CSUR, es decir, centro de referencia del Sistema Nacional de Salud en el tratamiento de la epilepsia refractaria, aquella que no responde al tratamiento farmacológico. Esto quiere decir que al servicio de neurología del Clínico llegan los casos más graves y en todos ellos se lucha para tratar de conseguir que el paciente lleve una vida lo menos limitante posible.

La mayoría lo consigue, explica el neurólogo Javier López, responsable de esta unidad. «Los pacientes que logran estar controlados llevan una vida normal, pero para aquellos que tienen muchas crisis sí que es limitante», apunta. Hay ciertas restricciones para todos los afectados por crisis epilépticas, como la prohibición de portar armas de fuego o de conducir trenes, aviones o autobuses. «Pero la mayoría de la gente lleva una vida normal», insiste.

Para contribuir a esta normalidad el CHUS realiza una importante labor investigadora colaborando en casi una treintena de ensayos clínicos con nuevos fármacos antiepilépticos, así como en numerosos proyectos de investigación sobre esta enfermedad. Uno de los principales avances, incorporado recientemente, es una consulta de transición con neuropediatría, para ayudar en el paso de los adolescentes con epilepsia a las consultas de adultos. «Llevamos un año haciéndolo en el momento en el que el neuropediatra considera que es adecuado, a los 14 o 15 años. Se trata de que los menores no noten un cambio brusco, y por eso hacemos una consulta conjunta y al menos ya nos ponen cara», explica López. 

Técnica novedosa

No es el único avance de los últimos años. Hace dos el CHUS implantó una técnica para aquellos pacientes que no responden al tratamiento farmacológico ni a la cirugía clásica. Se trata de una intervención por termocoagulación cuya puesta en marcha se frenó por la pandemia y se ha retomado hace unos seis meses. Entre 15 y 20 pacientes ya han sido sometidos a esta intervención que consiste en colocar entre diez y doce electrodos en la cabeza del paciente para buscar el foco epileptógeno y después, en una segunda fase, llevar a cabo una coagulación térmica con el enfermo despierto. Esta nueva técnica supone una opción para aquellos usuarios resistentes a los fármacos y en los que también es complicada la cirugía convencional. «Se trata de una técnica más paliativa que curativa —indica Javier López— por lo que en ningún caso va a sustituir a la cirugía clásica, en la que se hace una resección».

El 30 % de los pacientes afectados por esta enfermedad tienen epilepsia refractaria, es decir, no responden a los tratamientos. El porqué no está muy claro, «los pacientes con grandes lesiones o a diferentes niveles es más habitual que no respondan a los tratamientos farmacológicos, pero no está claro por qué», dice este neurólogo. En estos casos hay que optar por cirugía, que desde que empezó en el CHUS acumula ya medio millar de intervenciones. En estos casos la colaboración multidisciplinar de diferentes especialistas, como neurólogos, neurocirujanos, neurofisiólogos o profesionales de medicina nuclear permite mejorar el diagnóstico pre quirúrgico, utilizando técnicas que permiten saber con mayor exactitud la localización del foco para obtener mejores resultados.