Un peregrino agrede a un hospitalero en O Pino por pedirle que cubriese la ficha de inscripción

Emma Araújo SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

José Ramón Blanco, que recibió un fuerte puñetazo en la cara, denunció los hechos ante la Guardia Civil y facilitó un vídeo en el que se ve todo lo ocurrido

11 may 2023 . Actualizado a las 16:56 h.

José Ramón Blanco, propietario del albergue privado Porta de Santiago, ubicado en O Pino, a 17,5 kilómetros de Compostela por la ruta francesa, fue agredido por un peregrino que se negó a cubrir la preceptiva ficha de inscripción cuando solicitó alojamiento.

La agresión, de la que no cabe duda alguna porque quedó registrada en la cámara de vídeo ubicada en la entrada del albergue, se produjo el pasado sábado por la mañana. Según explica el propio José Ramón Blanco, el enfrentamiento comenzó de forma casi inmediata cuando le dio la ficha de inscripción para que la cubriese con sus datos, un trámite de obligado cumplimiento por razones de seguridad. «Hai moita xente á que iso non lle gusta», reconoce ese hospitalero con quince años de experiencia. «Rallou a primeira ficha e dinlle outra que tampouco quixo cubrir». Y como a la tercera no fue la vencida, le informó que tenía que dar parte a la Guardia Civil de su negativa. Las imágenes que pueden verse en el vídeo grabado en el albergue corresponden a los momentos posteriores a este primer incidente y recogen los insultos y amenazas previas al hospitalero, además de la contundente agresión. El peregrino, visiblemente alterado, le exige que le pida disculpas a él y a un amigo, otro peregrino que, según narra José Ramón Blanco, no participó en ningún momento en la agresión.

El golpe, un fuerte puñetazo, se lo propinó cuando el hospitalero salió del recibidor, que está cerrado con una mampara acristalada, para atender a otro peregrino que en ese momento llegaba al albergue y que le preguntó dónde podía dejar la mochila sin percatarse de lo que estaba ocurriendo segundos antes.

«Te prometo que te vas a arrepentir», «te juro por mi amigo que te voy a reventar», «me voy a quedar día y noche hasta que salgas» son algunas de las amenazas vertidas, a voz en grito, por el agresor, cuya identidad no ha trascendido. «Esto no puede ser, esto no puede ser» se le oye decir a José Ramón Blanco tras recibir el puñetazo y de nuevo refugiarse en el recibidor del albergue para llamar a la Guardia Civil, que acabó personándose en el establecimiento mientras el romero que acababa de llegar exclama «¡Dios mío, qué pasa!». Con un agente al otro lado del teléfono, José Ramón Blanco resume lo ocurrido con frases muy explícitas: «Mandadme a alguien lo antes posible», «lleva un rato incordiándome», «me dio dos puñetazos» y «me quiere matar».

«En quince anos que leva aberto o albergue nunca me pasara isto, incidentes sí, pero como este ningún», añade José Ramón a la hora de recordar la agresión del pasado sábado, que finalmente derivó en una denuncia ante la Guardia Civil «para que se saiban este tipo de cousas e que así se lle busque remedio», argumenta, además de recordar que tuvo que acudir al médico por un fuerte dolor de cabeza tras el golpe.

José Ramón Blanco es miembro de la Fraternidad Internacional del Camino de Santiago (FICS), entidad que ha publicado el vídeo en el que se ve todo lo ocurrido. Tras su amplia difusión, este hospitalero afirma que no ha parado de recibir llamadas de otros albergues para interesarse por su estado y también para decirle que, si bien estas agresiones no son la norma, cada vez resultan más frecuentes. «Nos últimos anos nótase un cambio no perfil dalgunha xente que está a facer o Camiño», se lamenta José Ramón, que confirma que en muchas ocasiones el problema radica en que no aceptan que algunos albergues tengan horario de cierre por las noches.

La Fraternidad Internacional del Camino de Santiago se ha solidarizado con José Ramón Blanco y en su página de Facebook tilda de «inadmisible» la agresión. «No puede ser que situaciones de este tipo empañen el comportamiento ejemplar de miles de peregrinos dispuestos a vivir una gran experiencia vital. Pero no por eso deben dejar de ser condenadas públicamente. No obstante, esto nos tendría que hacer reflexionar sobre el Camino que queremos y hacia dónde vamos», argumenta la FICS. «Si se alienta el camino low cost, ‘Haz el camino por 400€', reduciendo la experiencia de la peregrinación a una simple experiencia lúdica, vacía de contenido, estos episodios se podrían generalizar y acabar con la ilusión de miles de peregrinos de hacer el Camino y disfrutar de lo bueno que ofrece, sobre todo humanamente», concluye la publicación.