Los dibujos que Suso hizo durante un año de ingresos en el hospital de Santiago, sirven ahora para recaudar fondos

SANTIAGO

Suso Pardal enseña un par de dibujos que formarán parte de «Un debuxo. Unha ilusión». Cuenta que, además de la pintura, la música fue también aliada en sus ingresos hospitalarios. Nieto de un multiinstrumentista, el joven de 14 años hizo el grado elemental de clarinete en el conservatorio y se estrenará en un concierto el día 17 con la banda municipal de A Estrada. También toca el acordeón y está aprendiendo, de oído, piano, trompeta y saxo.
Suso Pardal enseña un par de dibujos que formarán parte de «Un debuxo. Unha ilusión». Cuenta que, además de la pintura, la música fue también aliada en sus ingresos hospitalarios. Nieto de un multiinstrumentista, el joven de 14 años hizo el grado elemental de clarinete en el conservatorio y se estrenará en un concierto el día 17 con la banda municipal de A Estrada. También toca el acordeón y está aprendiendo, de oído, piano, trompeta y saxo. Miguel Souto

El estradense realizará una exposición benéfica en Pontevea, Teo, para apoyar el trabajo que realiza Asanog con los menores con cáncer y sus familias

11 may 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Un paseo en bici cambió la vida a Suso Pardal cuando tenía 12 años. Tuvo una caída y fue al pediatra porque cojeaba. El diagnóstico fue como un jarro de agua fría. El 24 de diciembre del 2021 supo que tenía un osteosarcoma en el fémur izquierdo. Así, el 2022 acabó siendo un año de idas y venidas al hospital para este joven, de ingresos, tratamientos, visitas al quirófano, quimio... El estradense llevó la situación con entereza: «Yo, pico y pala, aunque en el fondo cuesta... Como se dice aquí: ¡para adiante!».

Suso recuerda que pasó largas estancias en el Complexo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS), alguna de más de un mes. Durante ese tiempo, se refugió en la música y en sus dibujos. Por las mañanas, avanzaba en sus estudios y hacía los deberes en el Aula Hospitalaria. Y, por las tardes, dibujaba allí o en su habitación. «La gente de la Asociación de Niños Oncológicos de Galicia (Asanog) me animaba a hacerlo. Es algo que a mí me gusta mucho y me daban blogs, incluso me regalaron uno de los buenos», dice desde el agradecimiento. Pocos niños con los que coincidió el año pasado en el Clínico este alumno del IES Número 1 se fueron de allí sin uno de sus dibujos, especialmente los más pequeños. El mayor de dos hermanos pintaba a sus personajes de dibujos favoritos. Y se inspiraba también en sus propias aficiones, sobre todo en los coches, recuerda un menor al que le gustaría llegar a hacer un ciclo medio de Mecánica o competir en ralis.

«Dibujar era algo que me distraía bastante», reconoce, y esas obras (una treintena, las que no llegó a regalar) servirán este fin de semana para recaudar fondos a favor de Asanog. Suso mostrará este trabajo el sábado y domingo en una exposición benéfica en el Café Bar Casa Pernas de Pontevea (Teo). La inauguración de Un debuxo. Unha ilusión será el día 13, a las 12.30 horas, y presentará el acto el artista santiagués Cándido Pazos. ¿Y por qué decidió destinar la recaudación a Asanog? «Porque nos ayudaron muchísimo, con el papeleo y con todo, cuando estaba en el hospital. Su psicóloga nos apoyó en esa época mucho, tanto a mí como a mi familia», responde el joven de 14 años, para el que esta es una forma de agradecer y contribuir con lo poco que puede a que otros jóvenes con cáncer encuentren el respaldo que él tuvo.

«Es un niño fuerte, valiente y positivo. El estado de ánimo es fundamental y a mí me dio una lección de vida espectacular», revela su madre, Dolores Carballeda, quien destaca, por otra parte, el trabajo y cercanía del jefe del equipo de Oncohematoloxía Pediátrica, el doctor Manuel Fernández Sanmartín, dispuesto incluso a pasar visita en triciclo o a dar un toque de atención con las tareas estudiantiles si hacía falta. Ella considera que el mayor de sus hijos tiene un don: «Nunca fue a clases de pintura, pero ya la profe de infantil le decía que destacaba». Y, a pesar de que el mismo autor no encuentra mérito a unos dibujos que hace para matar el aburrimiento, le alegra que a otra gente le lleguen a gustar y sirvan para hacer la estancia en el hospital más llevadera a otros, ahora que él está empezando a rehacer su vida. Ya sin tratamiento, en la última revisión autorizaron a Suso a volver a montar en bici y la semana pasada lo hacía por primera vez tras el incidente que puso su vida en pausa. Aunque se cansa con facilidad, es un avance más para este estudiante que reivindica que se invierta mucho más dinero en investigación.