Manuel Garrido: «Padrón debería tener un estatus diferenciado en el Camino Portugués»

irene martín SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

PACO RODRÍGUEZ

El autor de «El Camino de Santiago: Doce siglos de historia» echa de menos en Compostela un «espacio civil» de atención al caminante

27 mar 2023 . Actualizado a las 14:11 h.

«El Camino de Santiago: Doce siglos de historia» es la nueva entrega editorial que firma un apasionado y estudioso de la Ruta Jacobea. Manuel Garrido Rivero (Segovia, 1964) es licenciado en Historia por la USC, trabaja en la Oficina del Xacobeo y vive en Padrón. «Es una obra divulgativa y sencilla dirigida al gran público, donde cuento doce siglos de historia del Camino en 250 páginas. Empiezo con la Traslatio y llego hasta la resurrección actual», tal como explica el autor, que en el 2004 publicó la primera guía del Camino Portugués. «Es un error que haya tantos Caminos de Santiago. El principal es el Francés, que también es el más documentado. Una autoridad como Paolo Caucci lo explica muy bien. Dice que uno de los criterios principales es que esté demostrado su tránsito permanente a lo largo de grandes períodos históricos, además de contar con una red viaria medieval, testimonios de peregrinos y una red de acogida. Ahora vivimos una proliferación de supuestos itinerarios jacobeos, sobre todo en la Península Ibérica, que se presentan avalados por estudios históricos y arqueológicos casi siempre poco rigurosos. Si consideramos todo Camino de Santiago, nada será Camino de Santiago», según concluye Garrido.

Desde hace quince años, Manuel reserva un par de semanas de sus vacaciones para ir al Camino, en diferentes tramos y variantes. «En octubre hice el Primitivo [sale de Oviedo y entra en Galicia por A Fonsagrada], que me ha dejado un gran sabor de boca. Es bellísimo, pero muy duro. Y siempre continúo mis peregrinaciones hasta Padrón, emulando lo que hacían muchos piadosos viajeros del pasado, que querían conocer los orígenes de la tradición jacobea. La vinculación entre Santiago y Padrón existió siempre. Ya el Códice Calixtino refiere la salida de la ciudad por A Porta Faxeira como el camino que va a Padrón», advierte. «Pero el Padrón jacobeo está dejado de la mano de Dios. Hitos como Santiaguiño do Monte no están cuidados, ni contextualizados ni promocionados. Es más, Padrón debería tener un estatus diferenciado en el Camino Portugués», añade convencido.

A la pregunta de qué es hoy el Camino, responde que es un acontecimiento cultural que ha llegado a todo el mundo: «Es un espacio de espiritualidad y trascendencia, pero también de aventura; lo que cada uno considere. El miedo que me da es que, al convertirse en algo popularizado en exceso, pueda perder su trascendencia y acabe siendo un producto turístico más. De hecho, en el libro he querido sacar toda el alma del Camino». El autor se alinea con el prologuista —Manuel F. Rodríguez— para prevenir sobre el hecho de que hay «muchísima información errónea» en internet.

«Elías Valiña fue el visionario que puso los medios para que el Camino sea lo que es hoy. El cura de O Cebreiro habló con las regiones y promocionó las asociaciones de amigos, que son las que velaban por la Ruta hasta que entraron las instituciones, a raíz del Xacobeo 93. «En la actualidad han proliferado las asociaciones por todo el mundo. Según los registros oficiales, hay 167 en España, 139 en el resto de Europa, 34 en América… y alguna en Sudáfrica, Corea del Sur, Japón, Australia y Nueva Zelanda», indica Garrido; si bien la primera en crearse fue la de París en 1950, según subraya.

Sobre la hospitalidad que ofrece la ciudad a los peregrinos, Garrido opina que «ha mejorado mucho», especialmente desde que se puso en marcha el Centro de Atención al Peregrino en la calle Carretas, agrega. «Aunque, como complemento, echo de menos un espacio público de atención al caminante con un sentido más civil. Allí los peregrinos podrían intercambiar experiencias, realizar actividades y recibir el calor de los santiagueses. Ambos centros podrían convivir perfectamente», concluye.