El Club Vega de Astronomía cumple 25 años mirando al cielo desde Compostela

Margarita Mosteiro Miguel
Marga Mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

XOAN A. SOLER

La asociación presidida por Carmen Castro se gestó en otra entidad formada por estudiantes de Física de la USC en los años 80 del siglo pasado

24 mar 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

¿Quién no ha mirado al cielo intentando identificar los dibujos que forman las constelaciones, buscando la Vía Láctea u observando el brillo de Venus y el color rojizo de Marte? El Club Vega de Santiago nació hace 25 años para promocionar «actividades relacionadas con la astronomía, la astrofísica y fomentar la afición por este mundo», explica Carmen Castro, presidenta del colectivo desde el 2018. Vega nació oficialmente en 1997, de la mano de ocho socios fundadores, de los que Ramón Iglesias, Rubén Díaz, y Jorge A. Pérez siguen activos. Su embrión surgió en los años 80 y 90 del siglo pasado en la asociación, Isaac Newton, que estaba integrada por alumnos de la Facultade de Física. La profesora de matemáticas y tecnología, que este año imparte docencia en el IES Félix Muriel de Rianxo, fue socia de la entidad Isaac Newton. Rememora que, en 1997, «aunque existía internet, su uso no estaba extendido. Ahora el acceso es fácil, pero no siempre se distingue bien entre la información correcta y rigurosa y la sensacionalista. Por eso, es importante la labor divulgativa y rigurosa. Nosotros publicamos en nuestra web clubevega.org». Para conmemorar sus bodas de plata, Vega ha organizado una exposición en la que recopilan las fotografías realizadas por sus 33 socios. «No son ni fotógrafos ni astrónomos profesionales, pero la idea es despertar la curiosidad de la gente». Esta muestra estará hasta finales de abril en el Centro Sociocultural Jose Saramago de Vite y pasará después por Arzúa. Carmen reconoce, junto al tesorero de Vega, Miguel Sánchez, que ninguna ciudad «es buena para ver las estrellas, porque hay exceso de luz». Aun así «podemos ver los astros más brillantes como Venus; la Luna, por supuesto; y las estrellas y constelaciones más luminosas. El mejor sitio es la zona de Belvís o el Pedroso», recomienda. En las primeras horas de la noche, indica, «todavía es posible ver bastante alto, hacia el oeste, a Venus, fácil de identificar por su brillo. Marte también es visible, pero un poco más alto». Los que puedan desplazarse hacia los montes de Ames o en la parroquia de Fecha pueden ver algunas constelaciones de invierno «como Orión o Canis Major, donde distinguimos con facilidad a Sirio, la estrella más brillante del cielo. También se ven, sin necesidad de telescopio, la Osa Mayor, Osa Menor, Casiopea, Géminis o los cúmulos estelares de las pléyades y de las hyadas». Estos días entramos en luna nueva, «así que podremos verla muy fina al atardecer, con unos simples prismáticos. Esta luna coincide este año con el inicio del Ramadán. Pronto será Semana Santa, fecha que también tiene un origen astronómico, viene marcado por la primera luna llena de la primavera», explica Carmen.