El caos diario en el aparcamiento del Hospital Clínico de Santiago se expande y ya colapsa también el de Santa Marta

Álvaro Sevilla Gómez
Álvaro Sevilla SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

El aparcamiento de Santa Marta se encuentra a unos 900 metros del Hospital Clínico
El aparcamiento de Santa Marta se encuentra a unos 900 metros del Hospital Clínico PACO RODRÍGUEZ

Los coches estacionados en aceras o en la carretera son la tónica en el hospital. «É unha vergoña. Isto é máis que un caos», afirma una de las afectadas

22 mar 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Entre atribulado y visiblemente enfadado. Así empuña el teléfono un vecino de Boiro que acaba de salir junto a su mujer de una consulta del Hospital Clínico de Santiago. «Din que non hai nada que facer, que ata aquí non veñen, que non teñen competencias», explica él mientras agita la cabeza en señal de desaprobación. ¿El motivo de la llamada? Un coche ha aparcado encima de un paso de peatones y le impide salir. Mientras le dice a su esposa que nadie se hará cargo, toma una decisión tan salomónica como precipitada: gas a fondo y saltar el bordillo. «Non sales, eh», le replica ella tras su primer intento. El coche trepa, se juega la defensa y la salva de milagro, pero cae hacia atrás. A la segunda acelera más, pero el resultado es el mismo. Fracaso y olor a embrague quemado. A la tercera lo logra. Libertad. «É unha vergoña. ¿Un caos? Isto é máis que un caos», se lamenta ella antes de subirse al coche y marcharse definitivamente de un aparcamiento sobre el que ya se han escrito ríos de tinta.

Mientras Concello de Santiago y Xunta de Galicia buscan una solución que satisfaga todas las sensibilidades, el caos del párking del Clínico de Santiago sigue presente e inmutable. En las caras de los conductores se ve ansiedad, prisa y desasosiego. Y lo peor, temor. Muchos saben que no deberían hacer lo que tienen en mente, pero acabarán por jugársela antes de dar otra vuelta. La enésima. Es esa sensación de miedo la que seguramente ha llevado a muchos de ellos a un kilómetro de distancia del complejo sanitario, concretamente al aparcamiento de Santa Marta, que comienza a colapsarse en las horas puntas de la mañana y donde ya se vislumbran problemas para dejar el coche.

Muchos, sobre todo los que llegan desde fuera de la capital gallega, no saben ni que existe, sino todavía sería peor. Le ocurre a José Crespo, que ha decidido aparcar su vehículo encima de la acera. No es el único. Él prefiere quedarse dentro de su berlina mientras su mujer está en la consulta: «Vimos de Vigo unha vez cada dous meses polas revisións dunha operación. Non hai onde aparcar, isto é un desastre». Afirma que la situación en el Álvaro Cunqueiro es diametralmente opuesta: «Sobra espazo. Aquí terían que facer algo similar porque isto non ten sentido. Eu quedo dentro do coche por se vén a policía. E xa prefiro meterme dentro porque senón está a xente a preguntarche todo o rato se marchas».

Ocurre al instante, una conductora le hace un gesto. Le responde que con el dedo que «no». Un episodio más del caos que, de lunes a viernes, se vive en el Hospital Clínico de Santiago.

Imagen de los nuevos bolardos instalados en el Clínico
Imagen de los nuevos bolardos instalados en el Clínico PACO RODRÍGUEZ

Instalan bolardos para despejar los pasos de peatones

La anarquía del párking del Hospital Clínico de Santiago ha motivado la instalación de varios bolardos por el entorno del edificio, los últimos cerca de la entrada de urgencias. Desde la gerencia del área sanitaria explican que lo han hecho para que las personas con movilidad reducida, o que circulan con carritos de bebé, puedan pasar sin problemas por aceras y pasos de peatones, cuestión que, aunque sí se cumple en este punto, no ocurre en el resto de la explanada.

Hasta hace unos meses, en el entorno de Urxencias era común encontrarse con coches sobre las aceras, ya no, pero a escasos centímetros de los bolardos, alguien ha estacionado bloqueando una plaza de discapacitados. En un arrebato de justicia poética, le han dejado una nota cargada de civismo: «Minusválidos. Respeto. Muy mal». Incluso en medio de la anarquía que se respira en el párking del Clínico hay líneas rojas que solo unos pocos son capaces de sobrepasar.

La anarquía

Conducir en Nueva Deli tiene que ser similar a hacerlo en el aparcamiento del Hospital Clínico de Santiago, instalado en el caos más absoluto. En una ciudad en la que se controla hasta el último centímetro de carretera para que nadie sobrepase los límites de velocidad, sorprende que exista un espacio donde no haya más ley que la del más fuerte, o el que más cara le echa. Así funciona un espacio donde no importa nadie: ni bebés, ni embarazadas, ni ancianos ni personas en sillas de ruedas. Lo único que impera es la absoluta anarquía.