Olegario Cortiñas: «Fui de los primeros en Galicia en informatizar la farmacia: 1983»

irene martín SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Sandra Alonso

Explica que quería ser su propio jefe, siguiendo la tradición familiar

13 mar 2023 . Actualizado a las 23:20 h.

Es un conversador nato, persona afable y posee un currículum extraordinario. Olegario Cortiñas Fariña (Mugardos, 1951) estudió en Peleteiro, donde después fue profesor, pero acabó adquiriendo la farmacia de San Pedro de Mezonzo, 34, a la que le ha dedicado su vida. «Haber estado interno en Peleteiro fue mi salvación, porque en Mugardos iba en una lancha al instituto a Ferrol; eran cuatro viajes al día, ya que iba a comer a casa. Así que poca morriña tuve, ya que era fantástico ir a clase, comer y dormir en el mismo edificio. No recuerdo ningún tortazo. Y posteriormente volví al colegio para dar Biología, con lo que mis antiguos profesores se convirtieron en compañeros», señala con orgullo Cortiñas, que, tras licenciarse en Biología y Farmacia, también se hizo óptico-optometrista, llegando a pertenecer simultáneamente a los tres colegios profesionales correspondientes.

«Estoy contento con lo que hice, la prueba es que sigo trabajando a mis 71 años. A los pocos meses de abrir la farmacia, ya incorporé el gabinete de óptica. Cierto es que me gustaba la docencia, pero quería ser mi propio jefe, siguiendo la tradición familiar. Lo que tenía claro es que no quería ser funcionario, al revés que mis compañeros, que iban a oposiciones», advierte el veterano farmacéutico, cuya familia había emigrado a Cuba y, de regreso a Galicia, su padre abrió el antiguo cine Rex de Mugardos, donde también tenían un comercio de tejidos. Indica que la jubilación es una liberación para mucha gente, pero no en su caso. «Yo me libero sábado y domingo, porque durante la semana me paso todo el día en la farmacia. Me llega el fin de semana, que se lo dedico a la familia y a la música. Hace años que estudio piano y guitarra. Me gusta mucho la música clásica», explica.

El profesional sanitario presume de haber sido «rompedor: si no el primero, fui de los primeros en Galicia en informatizar la farmacia, hacia 1983». La oficina de farmacia ha cambiado mucho, ya que anteriormente era «más conservadora» y el profesional tenía una participación «menos activa», advierte Olegario. «Antes podías ni encontrar al farmacéutico en el establecimiento. Hoy encuentras a más de uno, bien formados y actualizados; con los conocimientos suficientes para atender la gran mayoría de problemas y dudas con que viene la gente. Pasamos de un mero dispensario de medicamentos a ser un punto de información sanitaria, donde no es necesario pedir cita. Tanto en la farmacia como en la óptica tienes que estar al día», concluye el facultativo.

Olegario Cortiñas, que también es vicepresidente del Colexio de Ópticos Optometristas de Galicia, destaca que el convenio que tenían con la Xunta supuso «un cambio radical» en cómo veía la población a estos profesionales sanitarios. Fueron unas 700.000 interconsultas atendidas en las ópticas durante trece años. «El paciente hoy nos tiene como el primer agente sanitario o la primera referencia en cuanto a problemas visuales. Ya no se nos ve como un profesional que solo se dedica a montar gafas. Los exámenes visuales también son mucho más completos y usamos mayor equipamiento técnico. Hemos mejorado mucho la confianza que los pacientes depositan en nosotros», asegura Cortiñas, que reivindica, como colegio profesional, la inclusión de los optometristas en el sistema público de salud. «España optó en los años setenta, siguiendo la escuela inglesa, por un optometrista con un peso grande en la salud visual y no solo dedicado a la prescripción de graduaciones», añade.