Once años de prisión para un hombre por abusar sexualmente de su hija, a la que agredía y obligaba a mendigar en Santiago

SANTIAGO

Entrada de los juzgados de Fontiñas, en Santiago.
Entrada de los juzgados de Fontiñas, en Santiago. PACO RODRÍGUEZ

La madre ha sido condenada a dos años y nueve meses de cárcel como coautora de los delitos de violencia habitual y utilización de una menor de edad para la mendicidad

25 ene 2023 . Actualizado a las 23:11 h.

La sección compostelana de la Audiencia Provincial de A Coruña ha condenado a un hombre, de nacionalidad rumana, a once años y tres meses de cárcel por abusar sexualmente de forma continuada de su hija mayor, a la que obligaba a mendigar y agredía de manera habitual, tanto a ella como a su hermana menor. El tribunal también ha condenado a la madre, también de procedencia rumana, a dos años y nueve meses de cárcel como coautora de los delitos de violencia habitual cometido en el domicilio de las víctimas y de la utilización de una menor de edad para la mendicidad. Al acusado se le ha impuesto la prohibición de aproximarse con la afectada durante 17 años, así como con su hermana, durante cuatro. Su esposa tampoco podrá hacerlo ni comunicarse con ellas durante 48 meses.

Los magistrados han considerado probado que, en 2017, cuando la víctima tenía 17 años y dejó de cursar la educación secundaria, la comenzaron a forzar a mendigar, para lo que «habitualmente la trasladaban en coche por las mañanas desde el domicilio familiar a Santiago de Compostela y la dejaban en las puertas de distintos supermercados». A la noche, segundo recoge la sentencia, la recogían y ella les entregaba el dinero obtenido. La situación se prolongó hasta su mayoría de edad. 

Desde la infancia, los dos condenados «propinaban con frecuencia a ambas, y en especial a la más mayor, golpes consistentes en bofetadas, tirones de pelo o empujones, llegando su madre a golpearlas con una escoba o con una zapatilla; y su padre, con el cinturón». Estas agresiones, según la Audiencia, ocurrieron en múltiples ocasiones hasta que la mayor dejó de vivir con la familia. El pretexto para golpearla era el modo en que llevaba a cabo las tareas en casa o el poco dinero que le entregaba a los padres por mendigar. 

Sobre los abusos sexuales, los jueces afirman que el padre «le dijo de forma insistente y repetida que quería mantener relaciones sexuales con ella», a lo que acabó sometida «a las exigencias de su padre a causa de la influencia que este ejercía sobre ella, y mantuvo en repetidas ocasiones, durante los meses de junio y julio». El tribunal considera, en relación con el delito de maltrato intrafamiliar, que las declaraciones de la víctima y su hermana son «claras y consistentes a lo largo del proceso». La sentencia todavía no es firme, pues contra ella cabe recurso ante el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia.