Bugallo se enfrenta a su segunda crisis de gobierno en dos meses al dimitir otro concejal

r. martínez SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Sandra Alonso

El edil estuvo vinculado a una empresa a la que el Concello alquiló un inmueble

19 ene 2023 . Actualizado a las 23:35 h.

La contratación de un alquiler para alojar provisionalmente las dependencias de dos concejalías del Ayuntamiento de Santiago, ante el derribo de la vieja estación de autobuses que las albergaba, ha terminado provocando la dimisión del edil de Medio Rural, José Manuel Pichel, y la segunda crisis de gobierno a la que se enfrenta el alcalde compostelano, el socialista Xosé Sánchez Bugallo, en dos meses y con las municipales a la vuelta de la esquina.

En noviembre, el entonces edil de Obras, Javier Fernández, dejaba el gobierno —no la corporación— al rechazar el cambio de atribuciones en sus funciones decidido por el alcalde. Y ayer dimitía José Manuel Pichel, responsable de una de las concejalías realojadas, junto con la de Parques e Xardíns. Lo hacía después de que Compostela Aberta (CA) abriese la semana denunciando que ese alquiler se había formalizado con una empresa, Desproi Promociones S.L., vinculada a Pichel y a otros cargos del PSOE; y también de UGT, según añadiría el PP al día siguiente. Ambas formaciones exponían que Pichel había sido administrador solidario de Desproi entre el 2012 y el 2016 y que al menos hasta el 2019 figuró como administrador único de Gaia, sociedad con acciones en Desproi.

Autorizado inicialmente en septiembre del 2021 para cuatro meses prorrogables —mientras no se adaptaba el inmueble para su ubicación definitiva—, el contrato acabó firmándose por un año prorrogable, por 4.985 euros al mes, incluido el IVA. Y sigue activo, con un coste para el Concello que la oposición aproxima a los 90.000 euros. El interventor municipal acabaría indicando que el contrato resultaba nulo al suscribirse por más plazo del autorizado en junta de gobierno.

El ejecutivo local acabó justificando la contratación por la urgencia que exigía el realojo de ambos servicios y porque ese inmueble, entre otros que se vieron, no precisaba ninguna adaptación. Pero no convenció a la oposición y, tras indicar que desconocía esa vinculación, el alcalde acabó pidiendo un informe al secretario municipal, al que Pichel remitió toda la documentación referida a Gaia, la empresa de la que es administrador único y que permanece inactiva desde que accedió al cargo de edil.

Ese informe, según refirió Pichel al dar cuenta ayer de su dimisión y renuncia al acta, dice que no había circunstancias que impidiesen contratar con Desproi y que tampoco había una situación de incompatibilidad del concejal, aunque recogía que sí puede considerarse la existencia de un conflicto de intereses aparente. El ya exconcejal, que participó en la junta de gobierno que decidió esa contratación, admite que cometió un error «considerable» al no haberle comunicado ni al alcalde ni al resto del gobierno que había tenido «unha relación accionarial», que ya no es tal desde septiembre del 2021, con la firma propietaria del inmueble.

Pichel afirma que la decisión de dimitir es estrictamente personal: «Tómoa por responsabilidade cun proxecto que non creo que deba quedar empantanado por unha acción individual que a clase política decidiu aproveitar como pedrada a un goberno solvente, con ideas e ilusión».

El alcalde, que opta a la reelección en mayo, decía ayer desde Fitur que Pichel había tomado la decisión correcta: «Toma a decisión que corresponde, a correcta, era un erro importante e, por tanto, era necesario asumir a responsabilidade». Pero la oposición sostiene que esta dimisión no aclara todas las dudas que les suscita ese contrato y exigen más explicaciones a Sánchez Bugallo.