La red de agua de Santiago registra casi una avería al día, aunque las incidencias han caído un 6 %

r. m. SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

PACO RODRÍGUEZ

El fibrocemento, presente todavía en el 12 % del trazado, suma el 22 % de los percances, que son persistentes en algunas zonas

16 ene 2023 . Actualizado a las 23:15 h.

La red de abastecimiento de agua sigue registrando una media de casi una avería al día (0,84) pese a que las incidencias han retrocedido un 6,4 %. Las 328 con que se cerró el 2021 se han quedado en 307 en el 2022, prácticamente una por cada dos kilómetros de una red que precisa la renovación de una parte importante de su trazado, al menos los 72 kilómetros que todavía persisten en fibrocemento (el 12 % de las canalizaciones), aunque hay zonas donde el polietileno también parece pedir una renovación.

El polietileno es, junto con la fundición dúctil, uno de los materiales por los que se ha ido sustituyendo el fibrocemento cada vez que hay una avería, aunque también este presenta problemas persistentes en algunos barrios. De hecho, hay zonas en las que casi precisó tantas intervenciones de los operarios del servicio como el fibrocemento.

Con una presencia del 32,75 % en una red de poco más de 600 kilómetros, el polietileno concentró el grueso de las intervenciones del 2022, nada menos que 207. También se extiende sobre 197 kilómetros, aunque la fundición dúctil está presente en el 52 % de la red (310 kilómetros) y apenas tiene incidencias.

Hay zonas en las que impera el polietileno donde la presencia de los operarios es recurrente. Es el caso de Moas de Arriba, con 7 averías en el 2022, Moas de Abaixo (6), Torreira de Arriba (5), igual que su vecina rúa dos Cabalos (5) y la de Asidros, en la zona de San Lourenzo (4). También en Lermo, con 5. En este caso todavía se pueden ver los restos de la última reparación, hace semanas, delante del Muíño de Lermo, donde aún no se repuso el asfalto.

En el Polígono do Tambre

Tras Santa Isabel es una zona igualmente recurrente en averías (6 el pasado año, además de otras 2 en Casas Novas), aunque en su caso en tramos con polietileno y fibrocemento. En sus 72 kilómetros de red, este último material acumuló 68 averías (el 22 % del total), con especial incidencia en el Polígono do Tambre, que registró al menos 18. En ese ámbito, la palma se la llevó la calle Ptolomeo, con 7. También en la zona norte, en Vite-Guadalupe hubo al menos media docena, algo habitual. Y entre Guadalupe y Meixonfrío, los vecinos del Camiño dos Vilares y Chan de Curros acumularon 8, 4 en cada caso, la mitad en red de polietileno y la mitad de fibrocemento. Y en el otro extremo, Picaños y la calle Sandino, entre Sar y Angrois, suman otra media docena cada una. Aunque con otro material, en el ámbito de la zona histórica hubo también 16 incidencias.

Pero los problemas del fibrocemento no se quedan solo en los barrios. Llegan también al centro. Su envejecimiento y la sensibilidad de esa red a los cambios de presión se hicieron evidentes en O Hórreo en las dos últimas semanas del año, en que registró tres averías solo en el tramo entre el cruce de República Arxentina y la rotonda que lo conecta con la avenida de Lugo. En el cómputo anual fueron media docena. Y la rúa Pisón, perpendicular a Castrón Douro, tuvo 4.

La concesión del servicio, vencida en el 2019, queda para el nuevo mandato

 

 

La mejora del servicio, tanto en las canalizaciones como en la planta elevadora, está pendiente de que se decida el nuevo modelo de gestión, sobre el que la corporación municipal no se ha puesto de acuerdo a lo largo de todo el mandato, pese a que el servicio se presta sin contrato desde el 2019, por lo que quedará para el siguiente.

El gobierno municipal pretendía convocar una nueva concesión, prevista a 25 años por un importe que supera los 456 millones para todo el período. Pero la oposición formalizaba en el pleno de septiembre su rechazo en bloque a una iniciativa que entendían que merecía un estudio en detalle de todas las posibles opciones y en una comisión deliberativa, no en la de «paripé» que consideran que creó el gobierno socialista.

Desde el ejecutivo defendieron que en esa comisión se aportaron ya estudios y apuestan por el régimen concesional porque permitiría adelantar las inversiones millonarias que entienden que requiere el servicio y que cifran en torno a los cien millones. Solo sustituir las redes más viejas rondaría los 30.