En plena euforia de agosto, un prohombre dijo aquello de «Compostela es ahora el epicentro del mundo». Sin duda una frase exagerada pronunciada al calor de la euforia que producía el ver cómo entraba el dinero. Pero encerraba su parte de razón, con el detalle negativo de que tanta alegría a veces impide ver otra realidad cercana en este mundo globalizado.
Por ejemplo, comprobar la evidencia de que Pereira Productos del Mar, tan presente en la ciudad y, para mi sorpresa, en el imaginario colectivo, no es compostelana, es viguesa, pero se expande con fuerza no solo por Galicia sino en toda España.
Pensaba en ello porque Ruy Andrade, su director de comunicación, me había invitado a acudir el jueves a la presentación de su calendario 2023, publicación que va por decimoséptimo año bajo el lema Cocina de Abordo. Había colaborado con él en el anterior, centrado en el Camino, pero no pude acompañarlo en esta ocasión. Y bien que lo lamenté, porque esta edición la ha dedicado al 110 aniversario de La cocina española antigua, nada menos que de Emilia Pardo Bazán, lo cual es simplemente una gran idea de una gran empresa que se gasta el dinero —algo más de dos mil ejemplares impresos de este original recetario— en promocionar la cultura gallega.
La reflexión final es la del principio. Porque estos días en los cuales a Santiago nadie la definiría como el epicentro del mundo (¿será Catar?) podrían aprovecharse para echar un vistazo a lo mucho y bueno que nos rodea, y sí, en este planeta donde todo parece que procede de China, tenemos firmas gallegas —no tan solo Pereira— que siguen batiéndose el cobre aquí, siguen creando empleo aquí y siguen pagando sus impuestos aquí. Por suerte.