Alberto Martí y Dominic Royé, expertos en cambio climático: «Ya lo tenemos aquí, las temperaturas de este verano aún se esperaban para el 2032»

Álvaro Sevilla Gómez
Álvaro Sevilla SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Alberto Martí y Dominic Royé, en la Facultade de Xeografía e Historia de la USC
Alberto Martí y Dominic Royé, en la Facultade de Xeografía e Historia de la USC Sandra Alonso

Presidente y el secretario de la Asociación Española de Climatología, y profesores de la USC, alertan del aumento exponencial de sequías, incendios y olas de calor: «El negacionismo climático es minoritario»

12 dic 2022 . Actualizado a las 17:16 h.

Alberto Martí Ezpeleta y Dominic Royé son dos de los nombres que están detrás del Congreso Internacional de la Asociación Española de Climatología que se celebró en Santiago de Compostela. Presidente y secretario de dicha entidad, así como profesores en la Facultade de Xeografía e Historia de la USC, inciden en un cambio climático para el que consideran que ya hemos llegado tarde.

—De poco sirvió la última cumbre del clima celebrada en Egipto.

—[Alberto Martí] Ha sido decepcionante. Se ha creado un fondo de compensación para los países más afectados y vulnerables, pero sin una cantidad específica. No se ha llegado a un acuerdo en cuanto a reducción de gases, que es lo más urgente y clave para controlar el efecto invernadero. Estamos en una década crucial para que el futuro climático sea lo menos dañino posible.

—[Dominic Royé] Soy pesimista. Para cambiar el cambio climático vamos tarde. El objetivo sería el de no alcanzar el aumento de dos grados de la temperatura global, aunque en España y la Unión Europea ya estamos en 1,7. Cada décima será menos impacto para el planeta y nuestra salud.

—Mientras las medidas choquen con la economía parece difícil que se atrevan a llevarlo a cabo.

—[A. M.] La economía está primando sobre el medio ambiente, a pesar de que será una de las más afectadas por el cambio climático. Es complicado luchar contra las grandes empresas, sobre todo las relacionadas con la energía, el petróleo, el gas, etc... Este año la guerra de Ucrania ha sido una losa y una piedra en el camino. Estamos en un período de urgencia y emergencia climática. Lo que no se haga ahora lo vamos a pagar en un futuro próximo.

—¿Qué escenario viviremos si se llegan a esos dos grados más de temperatura?

—[D. R.] El cambio climático está aquí, este verano aún se esperaba para el 2032. Para el año puede que no se repita, pero dentro de diez será un verano normal. Dos grados... si consigamos pararlo. Aunque dejamos de emitir emisiones, no significa que durante 100 años las concentraciones de CO2 dejen de ser elevadas. Vamos a tardar cientos de años en volver al clima anterior. Por eso hablamos de la nueva normalidad climática. Pero no estamos ya en ella, porque aún está cambiando. No hemos llegado al fin.

—Veranos más secos, ¿inviernos más extremos?

—[D. R.] Lo del verano está claro, con olas de calor, temperaturas extremas y mínimas más altas. La temperatura mínima aumenta con más velocidad que la máxima. La tendencia es que llueva menos, pero no es tanto la disminución anual, que en Galicia no tan relevante, sino cómo se distribuye la lluvia. Se concentrará en menos días. Se ve en toda España. Ahora mismo ya vivimos un otoño con precipitaciones muy potentes en poco tiempo.

—Las estaciones han cambiado.

—[A. M.] El verano se está alargando. En comparación con los 70, ha aumentado prácticamente un mes. Desde mayo ya hemos tenido temperaturas veraniegas, y hasta octubre. No quiere decir que todos los años sea igual, pero con probabilidad será la tónica. Este verano el número de días con olas de calor se ha multiplicado por 11. Lo bueno es que ha servido para que una mayor parte de la población se conciencie de que el cambio climático es real y nos afecta a nuestra salud.

—¿Por qué crea tanto rechazo hablar sobre el cambio climático? Hay gente que lo niega.

—[A. M.] En España el negacionismo climático es minoritario. A veces los medios se hacen eco de estas opiniones, pero es mínimo, según dicen las encuestas, tanto la del CIS como otras. Y está centrado en los votantes de extrema derecha y también en el grupo de creyentes.

—[D. R.] Hay negacionistas radicales, pero también hay gente que reconoce que hay calentamiento, pero cuestiona que el origen sea el hombre, u otros que dicen que el impactos no va a ser el que dicen los científicos. El problema es que, aunque nos pongamos en lo mejor, es mejor ponerse en lo peor y llegar a la mitad del objetivo.

«Europa y Estados Unidos han contaminado más que China»

—¿No existe la posibilidad de que el aumento de la temperatura no lo ocasione el ser humano?

—[D. R.] No, no hay duda. En los últimos 20.000 años la temperatura tardó 10.000 o 12.000 años en aumentar un grado, y ahora ha subido más en menos de cien.

—¿El foco de la reducción de emisiones se pone en Estados Unidos y Europa, ¿qué ocurre con China, India o Pakistán?

—[D. R.] Hay que tener cuidado, porque se olvida que primero hay que calcular por habitante, y China tiene muchos. En términos absolutos sí, pero no en términos por cabeza. Y mirando la historia, Europa y Estados Unidos han contaminado más que China. Es importante que hagan trabajo para mejorar, pero tampoco podemos decir que nosotros somos limpios y no hacer nada.

—¿Medidas urgentes?

—[D. R.] La adaptación y mitigación va desde lo global a lo local. Y creo que muchas veces se olvida que vivimos en ciudades, donde es más importante aplicar medidas. En las ciudades hay mucho más calor por el efecto del clima urbano, y hay medidas que ya se pueden llevar a cabo ahora.

—Dicen que los incendios van a seguir aumentando.

—[D. R.] La sequía es uno de los eventos que sufrimos por el cambio climático. Si ocurre durante una ola de calor se dan las condiciones perfectas para los incendios. Los incendios van a ser más extremos, no van a ser más, pero sí más grandes.

—¿Cómo está afectando el cambio climático a Galicia?

—[A. M.] Ourense y el sur de Lugo son las regiones más perjudicadas. Los períodos de sequía van a ser más persistentes e intensos. Las borrascas atlánticas, o los restos de ciclones tropicales y huracanes, que estos años hemos visto como se acercaban hasta las costas de Portugal, ya afectan a Galicia. Esos sistemas atmosféricos van a ser cada vez más, van a traer precipitaciones más concentradas, más torrenciales, lo que puede suponer un mayor impacto en inundaciones o en daños por los fuertes vientos.

—¿Qué puede hacer una persona por sí misma?

—[A. M.] Las medidas tiene que tomarlas la sociedad. Tanto cambiando hábitos de consumo, ahorrando energía, consumiendo alimentos de temporada, movilidad... Hay muchas. Lo que haga una persona pequeña no tiene importancia, pero sí lo que hacen muchas pequeñas personas.