Jesús, eliminaron su temblor esencial con una técnica pionera: «Es como pasar de no ver a ver»

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

El Hospital Clínico se convierte en el único centro público en aplicar el tratamiento HIFU en ambas áreas del cerebro

15 nov 2022 . Actualizado a las 10:35 h.

Jesús es un vecino de Ourense de 48 años que llevaba años luchando contra el temblor esencial, un temblor de origen desconocido que condicionaba gravemente su día a día, «para empezar ya lo hacía psicológicamente», dice. Beber, acercarse una taza de café a los labios... Tareas que para Jesús y personas que sufren este temblor en grado intenso son complicadas o casi imposibles. Afortunadamente no tenía problemas para realizar su trabajo, «pero no podría ser camarero, carpintero ni muchísimas profesiones más». Jesús buscó nuevas técnicas para eliminar este temblor y ya hace cinco años acudió a una clínica madrileña para operarse, «en donde no me animaban porque no me daban garantías y además me costaba 40.000 euros».

Hasta que llegó Ángel Sesar, neurólogo del Hospital Clínico, y su equipo. En marzo del 2021 fueron pioneros en implantar en España el tratamiento con ultrasonidos focales de alta intensidad, HIFU en sus siglas en inglés. No es una cirugía, sino una técnica en la que están implicados neurólogos, neurorradiólogos, neurocirujanos, técnicos de radiología y enfermeros. Ya han pasado por el CHUS unos 85 pacientes, entre ellos Jesús, «lo pedí yo, la mejoría fue al momento, como pasar de no ver a ver, quiero recalcar mi agradecimiento, un billón de gracias a esta gente, lo que hacen es espectacular».

Un nuevo avance

Estos días se recupera en su casa de su última intervención, el pasado 3 de noviembre. Porque el CHUS ha vuelto a convertirse en el primer centro público de España en hacer una talamotomía bilateral con HIFU, es decir, aplicar este tratamiento en ambas áreas del cerebro. Hasta ahora solo se trataba a los pacientes del temblor de la mano dominante, pero el 27 de octubre, dentro de un proyecto de investigación liderado por el neurólogo Gustavo Fernández Pajarín, se realizó en ambas áreas. Jesús fue el segundo paciente en recibir esta técnica HIFU, el 3 de noviembre, y si tuviese que repetir en unos años «volvería sin dudarlo, ahora me planteo hacer cosas para las que antes me veía incompetente, por ejemplo, tengo muchas ganas de hacer voluntariado, cuidar o acompañar a gente mayor, creo que después de esta intervención no solo gano yo sino que gana más gente», explica.

El tratamiento consiste en lesionar una zona del cerebro que se llama núcleo ventral intermedio del tálamo, explica Ángel Sesar, «esto ya se venía haciendo desde los años 60 pero las técnicas de localización de la zona tenían mucha menos resolución y había que abrir». Lo que es novedosa es la técnica, que aún ahora se hace un muy pocos hospitales de España. De hecho algunos de los pacientes que se beneficiaron en el CHUS son de otras comunidades.

El enfermo se introduce en un tubo de resonancia magnética y se le coloca un casco. No está sedado, porque los profesionales necesitan ver cuál es el efecto de los ultrasonidos en el temblor in situ, y pese a que el sistema informático que localiza la diana es muy exacto, «no nos fiamos del todo por lo que manipulamos los ultrasonidos para que esas zonas dejen de funcionar y vemos el efecto; si el paciente ha dejado de temblar aumentamos la intensidad de los ultrasonidos y producimos la lesión definitiva», relata Sesar.

Lo que debe hacer el paciente es, cuando lo retiran de la resonancia, determinados ejercicios con la mano para comprobar si el temblor ha desaparecido o no, «no lo ponemos a tocar el violín», bromea el neurólogo, haciendo referencia a algunas intervenciones quirúrgicas en las que se pide al enfermo que realice este tipo de acciones para localizar las áreas del cerebro responsables de ese movimiento.

La mejoría es inmediata pero, ¿es definitiva? Ángel Sesar explica que de momento —llevan año y medio aplicando esta técnica— es prácticamente definitiva. Cuatro pacientes volvieron a tener temblor cuando comenzaron a realizar el HIFU, y a tres los volvieron a tratar: «era probablemente porque no hacíamos una lesión lo suficientemente grande», aclara, mientras que desde entonces solo un usuario volvió a temblar de los más de 80 tratados. En cuanto a los que se les aplicó la talamotomía en ambas manas, dos de momento, se eligieron por ser personas con un temblor muy importante e incapacitante, y a quienes les había ido muy bien la intervención en la mano dominante. Jesús, desde luego, tiene claro cómo ha cambiado su vida, «es una pasada».