La propuesta de Raxoi multiplicaría por diez el número de viviendas turísticas en Santiago

SANTIAGO

Estrella Ferreiro, portavoz del colectivo de propietarios de VUT en Compostela, en su vivienda
Estrella Ferreiro, portavoz del colectivo de propietarios de VUT en Compostela, en su vivienda Sandra Alonso

Propietarios de VUT afirman que solo en el Ensanche se podría pasar de las 132 actuales a más de 1.200

05 nov 2022 . Actualizado a las 08:20 h.

1.600 euros al mes por un alojamiento con capacidad para cuatro huéspedes. Esa es la media de ingresos que Airbnb estima para una vivienda de uso turístico (VUT) en Santiago de Compostela. El colectivo de propietarios de la capital gallega salió al estrado para replicar las cifras, alegando que no se están contabilizando los múltiples gastos que ocasionan. Aprovechó la oportunidad para disparar contra el ejecutivo de Xosé Sánchez Bugallo, cuya propuesta para atajar la situación afirman que multiplicaría el número de viviendas turísticas en la ciudad. Solo en el Ensanche, pasaría de las 132 que hay hoy registradas a unas potenciales 1.267, casi diez veces más.

«La gente se cree que somos narcotraficantes. Parecemos que estamos vendiendo droga en la puerta del colegio», afirma Estrella Ferreiro, portavoz del colectivo de propietarios de VUT en Compostela. Según explica, la iniciativa del equipo de gobierno pasa por permitir este tipo de alquileres solo en los bajos y en las primeras plantas de los edificios que tengan más de seis alturas, lo que obligaría a cerrar todas las que están en el casco histórico, donde hay más de un centenar dadas de alta en la Axencia de Turismo de Galicia. «La modificación que quieren hacer del PXOM dicen que es para controlar la proliferación, cuando con esa modificación se abren las puertas a que 1.267 pisos puedan ser convertidos en viviendas de uso turístico», afirma Ferreiro.

Por calles

El colectivo de afectados realizó un estudio en varias calles del centro, aunque «por falta de recursos humanos non puidemos estudar todas as da cidade, pero teñen a mesma tendencia que as anteriores». En Romero Donallo, afirman, hay 26 edificios que cumplen los requisitos de Raxoi, lo que permitiría habilitar 73 VUT. En Santiago de Chile serían más de un centenar, mientras que en Fernando III El Santo lo podrían hacer 96, por las 93 de Xeneral Pardiñas. En la calle de O Hórreo afirman que se abre las puertas a instalar 75 y en Frei Rosendo Salvado, 99.

Desde el colectivo de propietarios dicen que sería «terrible» que se eliminaran las viviendas turísticas que a día de hoy operan en la capital gallega para que en su lugar se posibilitara la instalación miles más: «El gobierno quiere echar todas abajo. En la zona vieja no puede haber ninguna y todo el dinero que has invertido para reformar el inmueble y ponerlo a punto se va al garete». Aunque reconocen que el casco histórico no puede convertirse en una «gran VUT», destacan que muchas de las que hay en la zona estaban vacías y un alto porcentaje no eran habitables antes de las reformas que se llevaron a cabo.

Los afectados ven positivo un número máximo por cada zona

El colectivo de propietarios de viviendas de uso turístico afirma que está de acuerdo en que el nuevo PXOM delimite un número máximo de VUT por cada zona de la ciudad. También, que son conscientes de que existe la necesidad de regularlas, aunque rechazan la propuesta del equipo de gobierno. Destacaron que, al igual que opinó la portavoz del BNG en Raxoi, Goretti Sanmartín, las plantas bajas deben utilizarse para bajos comerciales para dar vida a la ciudad.

También afirman que no se puede tomar las mismas medidas que se han adoptado en ciudades como Barcelona o Ámsterdam, ya que tienen características diferentes. Destacan que la Ciudad Condal cuenta con 1.636.732 habitantes y 17.000 VUT, mientras que la capital holandesa tiene 870.000 residentes y 17 millones de turistas al año para sus 13.700 viviendas de uso turístico. «No tiene poco o nada que ver», afirmó Estrella Ferreiro, quien cree que la capital gallega debe tomar un camino diferentes después de la deliberación entre los diferentes grupos que están en la corporación y las personas afectadas.

«Está empezando a haber comunidades de vecinos que no quieren VUT en sus bloques, y creemos que eso es una mala señal», afirmó la portavoz.