La Xunta sitúa en la primavera que viene el inicio del nuevo complejo de San Caetano

S. Lorenzo SANTIAGO / LA VOZ

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La reforma exterior del conocido hasta ahora como edificio «dos espellos» ha sustituido la fachada acristalada y el aluminio que inspiró esa denominación por ventanales de madera y elementos de piedra, en armonía con el resto del complejo de San Caetano.
La reforma exterior del conocido hasta ahora como edificio «dos espellos» ha sustituido la fachada acristalada y el aluminio que inspiró esa denominación por ventanales de madera y elementos de piedra, en armonía con el resto del complejo de San Caetano. XOAN A. SOLER

Prevé licitar este mes las obras de los dos edificios que irán en el solar de la estación

10 nov 2022 . Actualizado a las 17:37 h.

El solar que durante 50 años albergó la estación de autobuses de Santiago, y que lleva vacío desde que en la primavera pasada se completó el derribo de la estructura de la viaja terminal, aún tendrá que esperar unos meses más para que las máquinas vuelvan a trabajar. El calendario de inicio de las obras ha ido incorporando algunas demoras en la fase de tramitación de un proyecto constructivo que inicialmente recibió el visto bueno de la Comisión Superior de Urbanismo el pasado mes de abril, pero que tuvo que ser corregido. La idea de la Xunta es licitar las obras a lo largo de este mes para que puedan comenzar durante la primavera del 2023. Como su plazo de ejecución es de 18 meses, la Cidade de San Caetano podría estar operativa a principios del 2025.

El nuevo centro administrativo que se levantará frente al actual permitirá a la Xunta disponer de 10.000 metros cuadrados en los que trabajarán 650 empleados públicos. Serán dos bloques con un diseño que nada tendrá que ver con la estructura tradicional del complejo histórico. El nuevo concepto rompe con el modelo de pequeños despachos para apostar por grandes espacios abiertos provistos de amplias cristaleras que facilitarán la entrada de luz natural. Porque la premisa estratégica en el diseño de los dos bloques es su máxima eficiencia energética, lo que redundará en un consumo prácticamente nulo. Los nuevos edificios responderán así a los principios de lo que se conoce como Near Zero Building, de forma que una parte importante del control de la temperatura estará determinada por la inercia térmica de la estructura, que se logrará a través de unas conducciones de agua que irán insertadas en el armazón de los bloques y que se regularán por medio de bombas de calor geotérmicas.

Además de los dos nuevos edificios, la construcción de la primera fase de la Cidade de San Caetano incluirá la unión de esos bloques por la orilla de la plaza Camilo Díaz Baliño —la que está sobre el acceso al párking subterráneo— y la urbanización del espacio previsto para la segunda fase del proyecto, entre esas construcciones y el edificio que alberga el parque de bomberos. Esta primera fase también contempla la urbanización, a través de un proyecto que será ejecutado de forma independiente, de la propia plaza Camilo Díaz Baliño y de la zona de entrada al párking. Pero la reurbanización de la zona no tendrá el alcance que la Xunta pretendía inicialmente, ya que el Concello frenó con su informe negativo el plan para reordenar el tráfico en la zona, que pivotaba sobre el cierre a la circulación de la rúa Ánxel Casal y que incluía dos nuevas glorietas en la rúa San Caetano.

La renovación en el edificio «dos espellos» requiere la reordenación provisional de puestos de trabajo

En paralelo a la tramitación del proyecto constructivo para levantar la Cidade de San Caetano en la parcela de la antigua terminal de buses, la Xunta ha ido avanzado en las obras que completan la puesta al día del actual complejo administrativo. Finalizadas las actuaciones en el bloque central, los trabajos se concentran desde hace unos meses en la reforma del que se conoció como edificio «dos espellos», una construcción que data de 1985 y que ya luce en uno de sus laterales —el que da a la avenida de Rodríguez de Viguri— una nueva apariencia estética que nada tiene que ver con aquellas fachadas acristaladas que inspiraron una denominación que ya no tendrá sentido. La imagen actual integra el edificio en la estética del conjunto, con presencia de elementos de piedra y ventanales de madera que sustituyen a los de aluminio.

Pero, además de la renovación exterior, las obras en marcha también persiguen mejorar la eficiencia energética. También en ese plano este bloque administrativo quedará en armonía con los edificios históricos del complejo, que fueron objeto recientemente de obras de rehabilitación en su envolvente para reducir su gasto energético. El objetivo es rebajar en un 60 % el consumo de energía no renovable.

La previsión es que las obras de la fachada —licitadas por 5,3 millones de euros— finalicen en las próximas semanas para iniciar el trabajo de climatización. Esa fase conllevará una importante reorganización de los puestos de trabajo, de forma provisional, en el edificio que alberga las oficinas de los dos vicepresidencias de la Xunta y de las consellerías de Mar e Infraestruturas. La idea es que queden rematadas en el primer semestre del 2023.